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I.IV Hipótesis y marco metodológico

3.1 El exilio de Hannah Arendt

3.1.2 Diaspora als Aufgabe 9

los diarios y las cartas con sus amistades, das Selbstdenken, quedan reservadas a las finezas y profundidades del alemán: la lengua materna.

dación y por la transferencia de conocimientos. Entendido así, el exilio no es un lastre, sino más bien una liberación de los constreñimientos que en general se le imponen a la persona por su pertenencia a una nación determinada. La extraterritorialidad y el cosmopolitismo for­

zados constituyen la auténtica labor del judío por la cual se convierte en una Denkfigur desde la cual, y mediante la cual, reflexionar sobre la condición humana.

En el discurso de Arendt, también el judío exiliado en calidad de paria consciente se presenta a modo de un arquetipo que conmina a la reflexión, así como la vanguardia de su pueblo que debe servir de ejemplo, y aquí de nuevo the exemplary role, para toda la humanidad:

«Refugees driven from country to country represent the vanguard of their people, if they keep their identity. For the first time Jewish history is not separate but tied up with that of all other nations».13

De todo esto se colige que gran parte de la intelectualidad judía en el exilio, inspirada por el concepto de Geworfenheit de Martin Heidegger, consideró que el estado natural del Dasein judío consistía en ser arro­

jado al mundo y tener que vagar en él decidiéndose en cada circuns­

tancia que se abría a su paso, continuar hacia delante en su proyecto de ser, siempre inacabado, haciéndose y deshaciéndose en cada yerro.

A este respecto, el objetivo del sionismo supone una traición a los orí­

genes judíos al pretender acomodarse a un modelo occidental que no le pertenece. Si el judío acaba por establecerse en un país determinado, aunque sea el propio, no logrará llevar a cabo la misión de servir de conciencia moral de las naciones y se extinguirá, por consecuencia, su capacidad genial de creación.

Asimismo, el judío paria, en su condición de huésped, establece una barrera psicológica para la humanidad y se convierte en el catalizador de los peores odios. Sin embargo, esta marginalidad supone un «honor beyond honors»14 por la carga de superación que lleva consigo. También en el análisis de la obra de Hannah Arendt en torno a la figura del paria consciente existe una relación muy estrecha entre la humillación que supone el ser un marginal y el gran don que se desprende de esa misma

13 Arendt, «We Refugees!» (op. cit. 16, cap. i), 119.

14 George Steiner, Errata: An Examined Life, Londres 1997, 62.

exclusión y cuya expresión más acertada se encuentra en el concepto de

«Vogelfreiheit»,15 expuesto en la versión alemana de 1955 de The Origins of Totalitarianism, titulada Elemente und Ursprünge totaler Herrschaft.

Es necesario, sin embargo, remarcar el hecho de que aquellos que secundaron esta concepción positiva del exilio fueron los mismos que consiguieron hacerse un lugar en el nuevo país con éxito. Para ellos, y Hannah Arendt no es una excepción como ya se ha demostrado, el exilio supuso un renacer personal y laboral, así como la posibilidad de investigar nuevas formas y ámbitos de creación. Para el resto de judíos exiliados que no tuvieron tanta suerte en la relocación, semejante apolo­

gía del exilio, de seguro, supuso toda una provocación con claros tintes de intelectualismo a lo Heinrich Mann.16

De lo aquí expuesto se deduce que el exilio puede considerarse tanto drama como tragedia, dependiendo de en dónde se ponga el énfasis;

una simple cuestión de tono por la cual al judío exiliado tan pronto se le recubre de un aura heroica, como se le hace arrastrar la rémora de la víctima. Por todo ello, parece incuestionable el hecho de que la experiencia siempre dolorosa del exilio propicia el cénit de la capaci­

dad consciente. Per aspera ad astra, como diría Séneca. Y, así, el mal primero es un mal superado, un mal con­sentido. Esta doble acción del exilio se conecta a la perfección con la ambivalencia de la noche oscura mística que sobreviene en situaciones duras y prolongadas de

15 Este concepto no aparece, sin embargo, en la primera versión inglesa de 1951. Este aña­

dido demuestra la tesis sostenida en este trabajo sobre el texto múltiple de Hannah Arendt, el cual va ampliándose y transformándose en el curso del tiempo. Cfr. Hannah Arendt,

«Aporien der Menschenrechte», en: Elemente und Ursprünge totaler Herrschaft, Múnich/

Zúrich 2015, 624.

16 Se hace referencia aquí a la proclama de Heinrich Mann escrita en 1933 sobre la «Aufgabe der Emigration» para el intelectualismo judío. En este último texto aparece la siguiente cita: «Die Emigration allein darf Tatsachen und Zusammenhänge aussprechen. Sie ist die Stimme ihres stumm gewordenen Volkes, sie sollte es sein vor aller Welt. [...] Die Emi­

gration wird darauf bestehen, daß mit ihr die größten Deutschen waren und sind, und das heißt zugleich: das beste Deutschland». De esta forma, la ejemplaridad de la élite judía exiliada, a modo de «das beste Deutschland», se convierte en deber moral y en obli­

gación libremente asumida de trasmitir una verdad fundamental allá por donde va. El galut se desprende, así, de su recubrimiento de condena y se convierte en un don que unge al que se exilia de una dignidad y de una heroicidad sin parangón. Cfr. Heinrich Mann,

«Aufgaben der Emigration», en: Verteidigung der Kultur. Antifaschistische Streitschriften und Essays, Hamburgo 1960, 917.

la existencia humana.17 El místico es, de esta manera, el que ha sabido

«aprovecharse»18 de la lección dolorosa de la noche de los sentidos y del espíritu para llegar a la perfección que supone la unión con la divinidad.

El exiliado, como paria consciente, situado en la analogía, en el sím­

bolo, a una distancia metafórica de la realidad y en la proximidad a lo secreto, es una promesa de algo que va a desvelarse de forma inesperada iluminando el mundo. Y así, el mensaje revelador del paria consciente propone una nueva ética social y política que permita la manifestación libre y total de la unicidad del ser dentro de la pluralidad, esto es, desde la mirada limpia y desprendida del Otro.