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Capítulo III. Predicación de Cristo a los ángeles responsables del diluvio en los Infiernos. S ELWYN

8. Doctrina del Descensus en los Padres: Victoria en el Hades

La interpretación de S

ELWYN

parece solucionar los problemas del texto, y arrojar luz sobre el mismo. S

ELWYN

intenta confirmar y dar mayor verosimilitud a su lectura de 3,19 a través de la tradición. Ya presentó como testigos de la teología que lee en 3,19 los pasajes del NT que tratan de la división en tres niveles del cosmos y los que tratan del descenso-ascenso, además de los versículos de Col 2,5, Ef 6,10 y 1 Tim 3,16 que tratan de la victoria sobre los poderes malignos. Como vimos, la relación entre todos estos textos y 1 Pe, en último término, sólo se dejaba establecer desde la doctrina

323 “Fist, the contrast sarki.…. pneu,mati recalls the simil contrast in iii. 18, and indicates that the experience of Christ is reproduced in those who believe in Him; and secondly, the verse takes up the allusion in iii. 19 to Christ’s preaching to “the spirits in prison“, in that the scope and triumph of the work of redemption there set forth are illustrated on this more limited, but not less important, field of the immediate expectations of the Church in persecution” (E.G.SELWYN, The First Epistle of Saint Peter…, London 91974, p. 338-339). La idea de Cristo juez de vivos y muertos, explica SELWYN, es adaptada a las necesidades de los cristianos de la carta. En 4,1-6 se manifiesta en relación con las exigencias morales de la vida cristiana y la escatología. De esta forma, la sección entera (3,18-4,6) queda enmarcada por la idea de las dos vías, la de la carne o la del espíritu, que acaban respectivamente en la condena o en la salvación. La cláusula “me.n... de.” en 4,6 supone una transformación de los criterios de juicios según los hombres y según Dios (kata. avnqrw,pouj - kata. qeo.n). Estas ideas, como acabamos de decir, tienen un fuerte componente escatológico, tal y como muestra el contexto. El desarrollo de ideas de nuestra perícopa no llega a su fin en 4,6 sino que se prolongan en 4,7-19. SELWYN aclara que, en relación con los temores y esperanzas de sus lectores, el autor de Prima Petri sigue considerando en estos versos las consecuencias de esta doble vía en la vida del hombre, que supone justificación o condena ante Dios.

324 Otros autores de esta corriente interpretaron que el agente evangelizador fue Cristo, y que, por tanto, 4,6 también describe una acitvidad de Cristo.

325 Esto se puede observar mejor en el trabajo de J.W.DALTON, Christ´s Proclamation… 1p. 277.

326 Hay que poner de relieve que, según la explicación que SELWYN hace de estos dos verbos, el contenido del anuncio en ambos versículos es el mismo. En 3,19 “anunciar”, según SELWYN, se refiere a una auto-manifestación-activa de Cristo que predica (en contraste con w;fqh en 1 Tim 3,16). En 4,6, el objeto evangelizado o, lo que es lo mismo, el contenido de lo evangelizado, dice SELWYN, es igualmente Cristo.

Según esto, nosotros consideramos que los verbos podrían ser identificados en su interpretación, pues da lo mismo decir que Cristo fue evangelizado o que Cristo se anuncia.

contenida en el Libro de Henoch, pues éste es el único documento que une las ideas características y singulares de 1 Pe 3,19: la “predicación” y la condena (¿victoria?) de los poderes malignos (resp. espíritus encarcelados); de ahí que hasta el

“redescubrimiento” de este libro nadie había apuntado tal solución

327

.

Cabe preguntarse si esta relación es válida, o si todo es una mera construcción de la exégesis actual que, embriagada con las posibles relaciones de textos bíblicos con relatos extrabíblicos

328

, ha visto paralelismos donde no los hay.

Como apuntamos, sólo hay una vía para demostrar que esta relación entre 1 Pe y Henoch no es una construcción actual, (una loable elaboración de los exegetas modernos), sino que realmente es la doctrina sobre el Descensus que conoció la primera Iglesia. Esta demostración pasa por descubrir en los Padres de la Iglesia y en los antiguos escritos cristianos una teología semejante a la que resulta de la interpretación de 1 Pe 3,19 que ofrece S

ELWYN329

.

S

ELWYN

distingue dos diferentes vías de interpretación del descenso a los infiernos en la primitiva Iglesia:

- una que trata de la victoria sobre los poderes satánicos (como 1 Pe) y, - y otra que trata sobre la liberación de los justos del Hades

330

.

Como testigos de la primera vía, S

ELWYN

cita los libros “apócrifos”: la Ascensión de Isaías

331

, las Odas de Salomón y el Evangelio de Nicodemo. Dentro de la ortodoxia, cita la obra de Melitón de Sardes “peri. Pa,sca”. En estos libros aparecen expresiones que remiten a la doctrina que S

ELWYN

lee en 1 Pe.

Entre estos testimonios, S

ELWYN

resalta las Odas de Salomón. Estas son de especial importancia porque posiblemente sean himnos bautismales que asocian el Descensus con la liberación del alma del pecado

332

, es decir, que fueron usadas en un contexto muy similar a 1 Pe 3,19 (cf. 3,20-21: trata del bautismo cristiano).

327 De hecho creemos que estas ideas sacadas del libro de Henoch son las que llevaron a SELWYN a relacionar estos textos del NT con 1 Pe 3,19.

328 Hay que recordar que la primera interpretación que se hizo de este texto relacionó nuestro pasaje con el Descensus, pero no con la predicación a los ángeles del diluvio, lo relacionó con los muertos, es decir, con los hombres: Clem Alej Strm VI,45.

329 Cf. E.G.SELWYN, The First Epistle of Saint Peter…, London 91974, p. 339.

330 Toma por axioma que la doctrina de la liberación de los justos no estuvo relacionada con una predicación en el Hades.

331 Por ejemplo, en la Asc. Is puede leerse: “cuando él robo al ángel de la muerte” (Asc Is 9,16; cf 10,14);

“y los ángeles del firmamento le vieron y le sirvieron” (Asc Is 11,3).

332 SCHMIDT y GSCHWIND consideran de especial importancia las Odas como testigo de la primitiva doctrina del Descensus (C.SCHMIDT, Gespräche Jesu …, p. 561-569; K. GSCHWIND, Die Niederfahrt Christ…., p. 228-233.).

Sin embargo, hay que decir, en contra de estas asociaciones, que ninguno de los testigos aportados por S

ELWYN

tratan de una predicación.

Sólo en el Evangelio de Nicodemo (Hechos de Pilato 5. (11).10) y en el Homilía de Melitón (17, 13-17; cf.11,9-10) podría intentar asociarse la victoria sobre los poderes del mal con una predicación: En el Ev. Nic, expresado en forma de coloquio con la muerte y el Hades, en la obra de Melitón, a través de una “proclamación” hecha por Cristo

333

:

“evgw,( Fhsi,n( o Cristo,j( evgw. o` katalu,saj to.n qa,naton kai. Qriambeu,tsaj to.n evzqro.n kai.

Katapath,saj to.n a[|dhn kai. dh,saj to.n ivszuro.n kai, ...334”.

En ambos casos no se trata de una predicación directa de Cristo a los ángeles malvados, y mucho menos una predicación relacionada con los ángeles del diluvio.

Estos pasajes, además, tratan más bien de la victoria sobre la muerte y su Señor, el Diablo.

No nos detendremos más en la valoración de estos testimonios, pues esto será el objeto de la crítica que haremos a esta corriente de interpretación al final de este capítulo.

Respecto a la segunda vía de interpretación del Descensus en la primitiva Iglesia, aquella que presenta el Descensus como la liberación de los justos del AT, S

ELWYN

la califica como la tradición estándar de los autores eclesiásticos del siglo II

335

. Para estos escritores, Cristo descendió a los infiernos para liberar a los patriarcas y profetas. S

ELWYN

cita a Justino, Ireneo, Tertuliano e Ignacio de Antioquía. Esta idea (transformada) se encontraba también en herejes como Marción y era conocida por paganos como Celso. Incluso, también, se hallaba en aquellos textos que contenían la doctrina de la victoria sobre los poderes malignos, como es el caso de las Odas de Salomón 42, 11ss, de las que S

ELWYN

cita el siguiente pasaje:

333 KROLL, apunta que ya en el judaísmo se produjo una personificación de la muerte y de su Señor. No considera la relación directa con Satán o los ángeles que provocan el mal. (cf. primer capítulo y el capítulo dedicado a los judíos).

334peri. Pa,sca n.102ss (Méliton de Sardes. Sur la Pâque (ed. y trad. O. PERLER, SC 123; Paris 1966, p.

122.124; Tambien Die Passa-Homilie des Bischofs Meliton von Sardes, (ed. B.LOHSE, Leiden 1958, p.

35 y, Melito of Sardis. On Pascha and Fragments, (ed. Trad.S.G.HALL, Oxford 1979, p. 56.58).

335 E.G.SELWYN, The First Epistle of Saint Peter…, London 91974, p. 341.

“Y reuní a los vivientes entre sus muertos, y les hablé con labios vivos, para no apagar mi palabra. Y corrieron hacia mí los que estaban muertos y gritaron y dijeron: “Ten misericordia de nosotros” (42, 14-15)336.

“Esta liberación y restauración de la vida de los santos de los antiguos tiempos, dice S

ELWYN

, hecha durante el descenso de Cristo a los infiernos, que es una marca distintiva de la literatura del siglo II, presenta paralelismos notables con los “verba Christi” en Mt 8,2 y Lc 13,28.29 (cf. Ign. Flp 9,1); según L

OOFS

comparables a las ideas de Heb 11,39 y 12,22,s”

337

. El Reino de Dios no sólo pertenece a los que escucharon a Cristo en la tierra, sino también a los que le esperaron, pero no vieron sus días

338

.

S

ELWYN

distingue dos periodos en esta tradición sobre la liberación de los justos. En su opinión, la tradición más antigua versaba sobre la “resurrección” o

“liberación” de los justos. Los primeros autores en abordar el tema de la salvación de los justos en el Hades no conocieron una doctrina sobre una predicación de Cristo en dicho lugar (cf. Ign y Hermas)

339

. Según S

ELWYN

, esta idea debió aparecer en la Iglesia a partir de mediados del siglo segundo (150 d.C.)

340

y fue ganando popularidad y dramatismo

341

con el correr de los años (p.j. Evang de Pedro)

342

.

Desde esta distinción y aclaración de la antigüedad de las ideas en la doctrina sobre el Descensus, S

ELWYN

niega que 1 Pe 3,19 (resp. predicación) tenga algo que ver

336 Este texto de las Odas podría considerarse un testimonio de la relación: Descensus-Predicación-salvación-justos. SELWYN no repara en este dato.

337 E.G.SELWYN, The First Epistle of Saint Peter…, London 91974, p. 342-343.

338 Clemente de Alejandría amplía el grupo de los salvados a los sabios y justos paganos.

339 Para restar importancia a esta tradición, la sitúa en la segunda mitad del s. II y así la separa de la primerísima doctirna del Descensus que se encuentra en el NT. Este autor afirma que la relación entre esta doctrina y la predicación de Cristo es de aparición tardía. Según SELWYN, y en contra de lo que creen la mayoría de los estudiosos de hoy día, el Pastor de Hermas desconocía una tal tradición, pues este autor sostiene que no fue Cristo el que liberó a los justos del Hades, sino los apóstoles (E.G.SELWYN, The First Epistle of Saint Peter…, London 91974, p. 342).

340 E.G.SELWYN, The First Epistle of Saint Peter…, London 91974, p. 343. Contra esta opinión se puede alegar lo que dice KROLL, el gran conocedor del tema en la tradición. Este afirma que, aunque el tema de la liberación de los justos del AT estuvo relacionado con el „Kampfmotiv“, su contexto más propio no fue este, sino el del „Predigtmotiv“: “...die Eroberung des Totenreiches, die Besiegung der bösen Macht, die im Totenreich haust, sich aber hier, was in den seltensten Fällen noch erkennbar ist, von dem Herrn der Unterwelt deutlich abhebt, und schließlich die friedvolle Erlösung der alttestamentlichen Gerechten, jenes Motiv, das meist mit dem Predigtmotiv zusammengeht, frühzeitig aber auch schon mit dem Kampfmotiv zusammengewachsen ist.” (J.KROLL, Gott und die Hölle…, p. 95).

341 Ver J.KROLL, Gott und die Hölle…, p.. 59. Este cambio se deja sentir ya en los Hechos de Tomás y en las Odas de Salomón. Más claramente en Pistis Sofia y Ascensión de Isaías

342 Hemos aludido a este intento de separar la doctrina del Descensus del tema de la predicación en la obra de SELWYN cuando hemos estudiado los verbos “ir” y “predicar”. Según hemos dicho, poner el verbo subordinado por encima del principal no nos parece lícito. Tampoco estamos de acuerdo con la afirmación de que la tradición de una predicación de Cristo en el Hades fue tardía. El Presbítero de Ireneo y el apócrifo del PsJer, así como el apócrifo de la Voz en el Hades, que cita Clemente Alenjandría, apuntan a que esta doctrina se remonta a principios del siglo II, si no antes. Así se explica que a mediados y finales del s. II tal doctrina fuese conocida en toda la cristiandad y que se interpretase 1 Pe 3,19 en esta clave. Esto lo veremos con más detalle en las Partes II y IV de nuestro trabajo.

con la salvación de los justos del AT en el Hades

343

. La primera teología sobre el Descensus no conoció una predicación de Cristo. Esta idea es fruto de desarrollos tardíos, por lo que 1 Pe no puede versar sobre la salvación de los hombres.

S

ELWYN

concluye su valoración de la tradición sobre el Descensus con las siguientes palabras:

“Aunque la idea de Cristo predicando a las almas de los difuntos santos del Antiguo Testamento aparezca en la segunda mitad del siglo segundo, ninguno de los dos pasajes petrinos que hemos discutido fue aducido nunca en apoyo de esto. Esto es igualmente verdad para las otras concepciones del “descenso a los infiernos” que aparecen en el siglo II, el efecto del descenso de nuestro Señor al Hades después de su crucifixión en orden a triunfar sobre los espíritus del mal que moraban allí; pero esta objeción pierde mucho de su peso, cuando apuntamos otros pasajes del NT, particularmente en las epístolas de Pablo (por no hablar de las profecías del AT), que se prestaban más fácilmente al argumento. El verdadero eco en los primeros siglos de la enseñanza de san Pedro en 3,18ss se encuentra menos en los escritos de los teólogos que en los himnos bautismales y liturgias de la Iglesia post-apostólica; y ahí el vínculo petrino entre el bautismo y el descenso de nuestro Señor es inconfundible”344.