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Descripción del paisaje previo

El conjunto del delta del Ebro está formado por la aportación de materiales detríticos fluviales al llegar el río al mar, después de cruzar la Cordillera Prelitoral. Estos materiales (arenas y limos) posteriormente son redistribuidos por los procesos litorales y eólicos. Como formación sedimentaria litoral es la más importante del país y, al mismo tiempo, la de edad más reciente (< 6000 años), situada, por tanto, en el Holoceno, que configura la época geológica actual del período Cuaternario. Los materiales que lo constituyen son todos detríticos de origen fluvial o fluvio-marinos, de tipo granulométrico o textura de limos y arenas, con una contribución de material orgánico y bioclástico, tanto en los sedimentos de los lagos como en los prodeltaicos.

El desarrollo del delta actual, ha estado dominado por 3 lóbulos. El meridional, el más antiguo, desarrollado hasta el año 1000 aproximadamente, el cual entró luego en erosión, dando lugar a la península de los Alfaques y a la barra del Trabucador. El río discurría entonces por lo que hoy denominamos desagüe del Riet (hemidelta derecho). El lóbulo septentrional data del siglo XVI, aproximadamente, y se desarrolló a partir de la funcionalidad de la desembocadura por Riet Zaida-Riet Fondo en el hemidelta izquierdo. Su erosión dio lugar a la formación de la flecha del Fangar. Y finalmente, el lóbulo central, el más moderno de los tres, que se debió a la plena funcionalidad de la salida de Levante, alcanzando su máximo desarrollo en el inicio del siglo XX.

En menor medida, esta salida es compartida con la del Migjorn (hemidelta derecho).

35 Durante la fuerte riada de 1937, el Ebro abrió una nueva salida hacia el Norte, posteriormente consolidada por la mano del hombre, que puede considerarse un cuarto lóbulo, comenzando así a abandonar su desembocadura original y generando una nueva salida al mar. Tras la apertura de esta desembocadura, el lóbulo central entró en una nueva dinámica, caracterizada por el apuntamiento de Levante, agravada por la reducción considerable de las aportaciones fluviales sólidas como consecuencia de la construcción de embalses y presas en toda la cuenca del Ebro.

Debido a la falta de aportación de sedimentos, agravada a partir de los años 1964/1969 con la construcción y puesta en funcionamiento de las presas de Mequinenza y Ribarroja, situadas en el tramo final, el Delta se ha ido erosionando por su extremo oriental y rellenando la zona occidental contigua a la actual desembocadura.

Actualmente, el Delta es una de las costas más sensibles del Mediterráneo, y continua con su difícil equilibrio dinámico por parte de las fuerzas constructivas y la fuerza erosionadora y distributiva del mar.

A pesar de que el origen del Delta debe situarse en la época remota en la cual el Ebro se abrió paso hacia el mar Mediterráneo desde el área lacustre que corresponde a la actual Depresión Ibérica, el verdadero desarrollo del delta actual no se inició hasta el fin de la última glaciación y el consiguiente ascenso eustático del nivel del mar. Dicho ascenso transcurrió por etapas de diversa estabilización, y en cada una de ellas se formó una planicie deltaica más o menos extensa, posteriormente sumergida por la transgresión marina, y que serviría después como base de asentamiento de la siguiente.

El proceso histórico de formación del Delta puede verse resumido, en definitiva, en el conjunto de imágenes de las figuras siguientes, según diversas teorías:

Fig. 6. Evolución histórica del delta del Ebro (1).

Otros estudios sitúan la evolución geomorfológica del siguiente modo, en que se observan algunas variantes en relación al proceso seguido descrito en la anterior figura:

Fig. 7. Evolución histórica del delta del Ebro (2).

37 En cuanto a la evolución actual del Delta, según Terán y Solé (1968), su punta avanzaba unos diez metros anuales hasta que, desde el año 1946 ha retrocedido ya cerca de 2.2 km. Aquella fecha coincide sensiblemente con el embalse de los ríos pirenaicos para la regulación y producción de energía eléctrica.

Dicho conjunto constituye el mejor ejemplo de formación sedimentaria reciente del país, y se le considera como uno de los deltas más importantes del Mediterráneo. La diversidad de ambientes y ecosistemas, así como de procesos sedimentarios y dinámicos, le convierten en un lugar de observación y experimentación único, motivo por el cual fue declarado en su día Parque cultivo o vegetación autóctona se confunden admirablemente.

El frente marino o costa externa constituye el último tramo de costa natural de Cataluña, en donde están presentes extensas playas, cordones arenosos y formaciones de dunas, sometidos a una intensa dinámica marina y

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eólica, que configura una morfología al mismo tiempo monótona y cambiante según la estación del año o la climatología.

El frente próximo a la gola actual (Norte), con la isla de Sant Antoni en el margen derecho del río y el Garxal a la izquierda, es el ejemplo de un proceso sedimentario de progradación rápida, que se ha formado en pocas decenas de años. Los estanques (o “basses”), las barras y la rápida vegetación generan un paisaje único que puede ser modificado por cualquier alteración del régimen fluvial o marino.

La península del Fangar (margen izquierda), es una flecha sedimentaria formada por la llegada de los sedimentos por deriva litoral, que ha dado lugar a una extensa llanura de arena inundable donde se encuentra el único campo de dunas (en fase de desaparición) del país por efecto del viento de Mistral, -conocido en la zona por “vent de dalt”- de componente NW. Los fenómenos de espejismo son muy vistosos, así como las estructuras sedimentarias superficiales.

El frente deltaico del Ebro constituye el ejemplo más importante de este tipo de formación de la Península Ibérica, tanto por su magnitud como por los procesos sedimentarios actuales que se pueden observar. Si lo comparamos con otros ejemplos del litoral catalán, solamente encontramos los deltas emergentes del Llobregat y del Tordera, o las zonas de formación deltaica de las bahías de Roses y de Pals. A pesar de la semejanza de los procesos de formación y de su cronología, de entre el conjunto de formaciones deltaicas, la variedad de ambientes, de estructuras sedimentarias, de formas de erosión y de acumulación, lo hacen, sin lugar a dudas, un conjunto único.

A nivel de la cuenca mediterránea, se puede comparar con los grandes deltas como los del Ródano, Po y Nilo, todos ellos formados en la desembocadura de los grandes ríos que drenan las cuencas respectivas. O si nos extendemos a nivel mundial, con los grandes deltas del Ganges (el mayor del mundo), Missisipi, Níger, Danubio, Mekong, Amazonas, Orinoco, Colorado, Indo, Paraná, etc. A diferencia de los deltas mencionados, el del Ebro es de los pocos que presentan un solo canal fluvial, y una planta típicamente en forma de

“delta”.

39 Al igual que el resto de los deltas mencionados, presenta un proceso regresivo de la costa que se está acentuando de forma progresiva. En nuestro Delta, la actualidad de los temas que afectan a su estabilidad, tanto naturales como antrópicos, como la construcción de los embalses de Mequinenza7, Riba-roja8 y Flix9, el Cambio Climático o el Plan Hidrológico Nacional propuesto por el Gobierno del Estado el año 2001, modificado posteriormente por el Gobierno Zapatero el año 2005, o el más reciente Plan Hidrológico de la Cuenca del Ebro10, lo convierten en un lugar de estudio e investigación de primer orden.

No podemos separar o disgregar el valor “naturalista” del conjunto del frente deltaico, donde por supuesto coexisten los valores de tipo geológico o sedimentológico con los biológicos (faunísticos y vegetales). Son de destacar las comunidades específicas de los ambientes de salobrar y marismas, como en el caso del Garxal, del arenal del Fangar o de los estanques (“basses” del

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Canal Vell), de las zonas próximas a la playa de la Marquesa, de la bassa de la Arena y de Riumar (margen izquierda).

Igualmente, aunque fuera de la zona concreta de esta geozona, en el conjunto deltaico coexisten otros parajes o ambientes muy interesantes, entre los que podríamos destacar el curso fluvial y las comunidades de ribera, los ullals o zonas de surgencia de aguas del freático (como los de Baltasar en el hemidelta derecho), la barra o istmo del Trabucador y la península de la Banya dels Alfacs, las bahías dels Alfacs (hemidelta derecho) y del Fangar o de Sant Jordi (hemidelta izquierdo), los campos de dunas, los arrozales, etc.

Los aspectos histórico-culturales están bien representados en el conjunto de museos que últimamente se han creado en la zona. El museo de les Terres de l’Ebre11 de Amposta (hemidelta derecho) es quizás el mejor exponente de ello, donde se puede obtener una visión histórica del conjunto del Delta, así como de las costumbres y otros aspectos étnicos y culturales. Los eco-museos de Deltebre (hemidelta izquierdo) o de la casa de la Fusta (hemidelta derecho), también constituyen un buen referente de los aspectos ecológicos más relevantes del conjunto deltaico.

Desde el punto de vista ecológico, el delta del Ebro es una zona húmeda de categoría internacional. Sus 320 km2 constituyen el hábitat acuático más importante del Mediterráneo Occidental después de la Camargue francesa (Parque regional), y el segundo de España, después del Parque Nacional de Doñana. Su considerable papel biológico contrasta con la profunda humanización de una gran parte de su superficie y con su no menos considerable peso agrícola.

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41 Conviven en él multitud de especies vegetales, algunas de ellas exóticas, repartidas en los ambientes de los salobrales o sosares, los cañizares, el bosque de ribera, los arrozales y los arenales. El catálogo de flora vascular del delta del Ebro, incluyendo el Parque Natural del Delta del Ebro (PNDE), consta de unos 767 taxones (hasta el nivel varietal), los cuales se agrupan en 735 especies, 385 géneros y 113 familias (Curcó 2007), aunque casi el 20% son plantas alóctonas. De este catálogo de flora, unos 40 taxones se encuentran protegidos por alguna figura legal autonómica, estatal o europea. Según Bañares et alt. (2004), el delta del Ebro sería una de las 141 áreas importantes para la flora amenazada española (incluida en la categoría

"interesante").

La diversidad de hábitats y el clima húmedo y templado que le caracteriza propician la presencia de multitud de invertebrados destacando, de la herpetofauna, las numerosas serpientes de agua. La avifauna es la más característica y su importancia cualitativa y cuantitativa sobrepasa, con mucho, el ámbito estrictamente local, por lo que en diversas Convenciones aparece calificada como zona del máximo interés por las colonias de cría de anátidas, limícolas y aves marinas, así como por el paso de las aves migratorias hivernantes.

El frente deltaico del Ebro lo podemos considerar “actual” en sentido estricto y, dentro del conjunto deltaico holoceno, como la parte más moderna del mismo. Los procesos que lo han formado y que lo están formando, y los cuerpos sedimentarios que resultan, son su principal punto de interés geológico. Existe la posibilidad de observar o de fotografiar in vivo cómo evoluciona una barra sumergida, una duna o un “sand shadow”, entre muchas otras variedades de estructuras y formas sedimentarias. Es la mejor manera de expresar esta idea de “ambiente sedimentario actual”. Si tenemos en cuenta estos aspectos, el marco temporal es, seguramente, el más limitado de todas las geozonas, pero, por otra parte, tenemos una perspectiva espacial única en su conjunto.