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Notas a la definición del corpus

Im Dokument Violencia y representación. (Seite 119-122)

2. Apuntes para una historia social de la poesía del periodo autoritario

2.5. Notas a la definición del corpus

El corpus de poesía chilena emergente de los tardíos 70 y 80s expresa, desde su amplio rango de redefiniciones e incorporaciones temáticas y procedimentales del código textual, una pluralidad de ámbitos y búsquedas de referencialidad, de concepciones de politicidad, del lugar del sujeto y del acto escritural. Proceso en el que, no obstante, la diversificación que arrojan sus registros y contextos de sentido, trascienden una pluralidad de marcas que permiten hablar de visiones confluyentes sobre la presencia decisiva de un cuerpo social agredido, independientemente de las formas en la que a éste se le identifique y categorice. Visiones en cuya pluralidad se xcediende, por lo tanto, toda forma categorial unívoca que intente aprehenderla. De ahí que el vector de un nuevo

e inserto en la producción económica y cultural de un sistema neoliberal, y que en consecuencia se define por los primeros despliegues del pacto político conducente a la concreción de un estado postautoritario pero que conservará lo

proceso de heterogeneización escritural, es decir que en su nueva especificidad corroboró la clausura de aquel anterior e irresuelto en el campo violentamente interrumpido en septiembre de 1973, haya sido la lectura forzada para toda búsqueda crítica en pos de describir aquel nuevo proceso que sucedería en las décadas del autoritarismo.

A partir de este principio se define la necesidad metodológica de entablar un corpus en cuya amplitud se exceda el repertorio central del actual canon para acceder a registros que han sido inscritos dentro de su radio secundario. Argumento que se explica en razón de abordar el proceso de heterogeneización que define la producción poética del periodo ya como categoría que permite superar la constricción de su identidad a las «tendencias» dominantes en el campo posdictatorial, lisiando con esto la posibilidad de entablar lecturas culturales a partir de lo proyectado por sus discursos. A su vez, y asumiendo la imposibilidad práctica de producir críticamente dicha propuesta desde la revisión de la totalidad de sus registros, el corpus de obras sucesivo se define en torno a la búsqueda de parámetros de antologación pertinentes al abordaje conjunto las representaciones de la violencia y, a las relaciones de inmanencia de ésta respecto a propuestas poéticas explícitamente determinadas por las transformaciones del espacio referencial desde el que fueron producidas.

Formalmente estos criterios comprenden: 1) la selección de obras cuyos ámbitos temáticos, escenificaciones, o sistemas de referencias puedan ser observados como vinculantes a la relación cuerpo-ciudad, espacialidad de la violencia y territorialidad del poder; 2) y en las que a su vez se tienda a metaforizar y a producir estrategias textuales de disputa del espacio simbólico país. Y por lo anterior; 3) cuyos discursos y propuestas estéticas atañan a la situación del colectivo, al sistema de referencias de éste y a las capacidades de generar inteligibilidades respecto al proceso de transformaciones del cuerpo social; produciendo, por lo tanto, representaciones vinculantes al sustrato del presente dictatorial. A su vez, a fin de expandir el margen de identidades escriturales observadas se ha limitado la incorporación a sólo una publicación por autor, priorizando así el generar instancias para una lectura mayor de los procesos de transformación de las tramas culturales que éstas introducen en sus campos de referencias y, por lo tanto, que definen sus modulaciones textuales. Para cumplir con esta premisa se ha seleccionado un microcorpus de cuatro obras consideradas emblemáticas y propias a autores autores que entablan sus proyectos con anterioridad al quiebre democrático de 1973, así como otras catorce pertenecientes autores cuyas primeras

publicaciones formales se consignan en Chile con posterioridad a este momento y cuyos procesos escriturales, por lo tanto, están explícitamente determinados por el suceso dictatorial.

A fin de operativizar esta búsqueda este corpus ha sido a su vez subdividido en tres reuniones o subcapítulos respectivamente nominados (3) «Rupturas, modulaciones de frontera» que comprende lecturas de La Ciudad (1979) de Gonzalo Millán, Purgatorio (1979) de Raúl Zurita, y El Paseo Ahumada (1983) de Enrique Lihn; (4) «Resistencias y disoluciones de los cuerpos sociales.

Tentativas de un nosotros y sus comunicabilidades» que incorpora a Dawson (1984 [1980]) de Aristóteles España, Fosa Común (1983 [1979] de Gregory Cohen, Olla común (1985) de Bruno Serrano Ilabaca, Título de Dominio (1986) de Jorge Montealegre, Poemas insurrectos (1988) de Heddy Navarro, Adiós muchedumbres (1989) de José Ángel Cuevas y Poemas encontrados y otros pretextos (-1991) de Jorge Torres; y finalmente (5) «Ausencias y vacíos representacionales:

destrucciones de los cuerpos políticos», donde se adscriben miradas respecto a La Tirana (1983) de Diego Maquieira, Vía Pública (1984) de Eugenia Brito, Zonas de Peligro (1985) de Tomás Harris, Vírgenes del Sol Inn Cabaret (1986) de Alexis Figueroa, Huellas de siglo (1986) de Carmen Berenguer, La Estrella Negra (1985) de Gonzalo Muñoz y La Bandera de Chile (1991) de Elvira Hernández.

Se trata, en resumen, de entablar reuniones que desde la visión de la heterogeneidad de esta creación describa desde la presencia de obras alusivas a búsquedas de constituir o preservar una comunicabilidad política, así como distintas textualizaciones de un sujeto del nosotros, comprendiendo a su vez elementos y reformulaciones del estatuto de lo testimonial; hasta aquellas que problematizan o abiertamente disocian las complexiones y estatutos del sujeto poético, refrendando en esto modulaciones abiertamente metatextuales, así como impugnaciones del estatuto de obra, y de experiencia, y con esto de las codificaciones adscritas a la presencia de sujetos políticos colectivos. De esta forma la alusión a la dicotomía entre un vacío y presencia representacional, es vista como concepción dual de la fractura o restitución del lenguaje en tanto o a nueva construcción o aporía de la irrecuperabilidad del presente. Siendo la creación o degradación de las proyecciones del nosotros, observadas como concepciones divergentes o mutuamente permeadas respecto a las contigüidades del espacio del arte y la experiencia de la violencia.

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