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Las relaciones entre la Unión Europea y Mercosur

El 28 de junio de 2019 se anunció el Acuerdo de principio entre la Unión Europea y los cuatro miembros fundadores de Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay).

Aunque la Unión Europea cuenta ya con numerosos acuerdos comerciales en América central y del Sur, el presente acuerdo es, en términos de población y ahorro de pagos por aranceles, el más grande que la Unión Europea jamás ha firmado a nivel mundial.

Tomados en su conjunto, los cuatro países de Mercosur constituyen la quinta economía del mundo y una población de más de 266 millones de habitantes. Frente al reciente avance de China, la Unión Europea será el primer gran socio comercial en formalizar un acuerdo con Mercosur, que ni Estados Unidos ni China tienen, otorgando un acceso preferencial a sus países en una zona muy protegida en la actualidad. Para Mercosur, el tratado es también es el más grande que jamás ha negociado.

En 2011, la Unión Europea era el primer socio comercial de Mercosur en el comercio de bienes, tanto por el lado de las exportaciones como por el de las importaciones, por delante de China y de EEUU. Sin embargo, desde el año 2016 (para las importaciones) y desde 2015 (para las exportaciones) de Mercosur, China se ha situado en la primera posición como líder comercial en la zona. (International Trade Center-TradeMap, 2021).

Figura I1 Importaciones y exportaciones de Mercosur (Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay)

Fuente: Elaboración propia a partir de datos de TradeMap (2021)

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La creciente influencia de China en Latinoamérica ha hecho que Estados Unidos haya establecido una serie de estrategias para frenar el avance comercial de China. Prueba de ello es el acuerdo alcanzado por La Corporación Internacional de Financiación del Desarrollo de Estados Unidos, que ayudará a Ecuador a devolver miles de millones de dólares en préstamos a China y a impulsar el desarrollo a cambio de excluir a las empresas chinas de sus redes de telecomunicaciones (Financial Times, 2021). En concreto, la iniciativa del gobierno de Estados Unidos se enmarca dentro de los que se conoce como la “Clean Network” (United States Department of State, 2020), conocida en castellano como la Iniciativa Red Limpia. Los países firmantes se comprometen con los principios de la red, esto es, a proteger la privacidad de los ciudadanos, la información sensible de las empresas en las redes móviles de 5G y a asegurar los datos en toda la gama de telecomunicaciones y tecnología. Desde que el secretario de Estado de Estados Unidos Michael R. Pompeo anunciara la Red Limpia, la lista de países y territorios limpios ha aumentado a 53. En la actualidad hay 180 operadores de telecomunicaciones limpios (Telcos, en inglés) que han tomado medidas para mantener sus redes fiables y seguras comprometiéndose a utilizar equipos de telecomunicaciones fiables (ShareAmerica, 2020).

En el comercio internacional de servicios, la Unión Europea es el primer exportador hacia Mercosur, con un 26,5% del total de servicios importados (Timini y Viani, 2020). El tratado brindará una apertura a empresas europeas tanto en los mercados de bienes como en los, generalmente más protegidos, mercados de servicios. El tratado incluye cláusulas de no discriminación, que prohíben someter a los proveedores extranjeros a normas y requerimientos más restrictivos que los que se aplican a los proveedores nacionales. El tratado supone un hito a este respecto, ya que es el primero que regula el comercio de servicios de los que ha firmado Mercosur (Timini y Viani, 2020). Teniendo en cuenta el pulso entre Estados Unidos y China, la Unión Europea contará con una ventaja competitiva al respecto. Prueba de ello es el artículo publicado por Telefónica tras la firma del acuerdo, en la que el Director de Política Comercial y Asuntos Latinoamericanos de Telefónica, David Frautschy, se hace eco del alcance potencialmente positivo especialmente en el ámbito regulatorio (Telefónica, 2019).

En lo referente a Inversión Extranjera Directa, la Unión Europea también es el líder actual en Mercosur. Es el primer inversor global, con un stock de inversiones que supera el 30%

del total mundial. Uno de cada dos proyectos de inversión extranjera en Mercosur proviene de Europa (FDImarkets, 2020). En 2017 el stock de inversiones de la UE en Mercosur alcanzó los 433 mil millones de dólares (BID, 2019). En este sentido, la experiencia demuestra que la oportunidad que supone para la Unión Europea la apertura del Mercosur a la inversión es muy grande. En el citado documento del BID se mencionan algunos casos en los que, tras la firma de Tratados de Libre Comercio, la Inversión Extranjera Directa se multiplicó entre 4 (Albania) y 13 veces (Argelia). En el caso de Chile, el TLC firmado con la UE multiplicó por 6 las inversiones europeas en dicho país (BID, 2019).

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Aunque, como decimos, la mayoría de los proyectos de Inversión Extranjera Directa en Mercosur tienen como origen algún país europeo, China también está tomando posiciones. De hecho, China ocupa ya el cuarto puesto en lo que a este tipo de inversión se refiere. Se encuentra en la misma posición también según el número de proyectos, número de empresas y número de empleos creados. Sin embargo, el promedio de capital invertido en cada proyecto supera al del resto de países, con una media de 121,3 millones de dólares por proyecto (Véase Anexo 7, Tabla A7.17, basado en el análisis de FDImarkets, 2020). En un artículo elaborado por el Responsable de Asuntos Económicos de la CEPAL (Comisión Económica para América Latina y el Caribe), se expone que China, especialmente entre los años 2010 y 2015, llevó a cabo una estrategia de inversión en empresas de extracción y distribución de materias primas, en especial petróleo. En este mismo estudio se subraya que China crecía en términos de Inversión Extranjera Directa incluso en momentos en los que ninguna otra grande potencia lo hacía, como en la crisis financiera del 2008. En este sentido, un factor fundamental en el crecimiento de China es su gobierno. Más del 63% de las acciones exteriores chinas pertenecen a empresas estatales, lo que refleja que las empresas más grandes siguen siendo de propiedad estatal, en especial, en sectores como las finanzas o las industrias de extracción de materias primas (Pérez Ludeña, 2018).

Países latinoamericanos como Venezuela o Costa Rica han establecido una dependencia muy importante con China, como fruto de la estrategia del gigante asiático. A cambio de inversiones en estos países, China pide como garantía materias primas o acceso a mercados de infraestructuras o telecomunicaciones. Este es el caso de Venezuela, que en las últimas décadas ha recibido financiación de China a cambio de petróleo. Según los datos ofrecidos por The Interamerican Dialogue y la Universidad de Boston (Gallagher y Myers, 2021), entre el 2008 y el 2017, el gobierno de Pekín otorgó créditos al país latinoamericano por valor de más de US$67.000 millones. En el caso de Brasil, la cifra asciende a US$29.000 millones.

Claramente, China no se está quedando atrás en sus esfuerzos por establecer lazos comerciales. Ha fomentado que se alcance el denominado RCEP. En efecto, el 15 de noviembre de 2020 se firmó la nueva Asociación Económica Integral Regional (RCEP, Regional Comprehensive Economic Partnership), que es el mayor tratado de libre comercio a nivel global en la historia. Sus 15 países firmantes, suman casi un tercio del PIB mundial, un 28% del comercio global y un 30% de la población mundial (ICEX, 2020). Los miembros son los que provienen de la asociación ASEAN (Vietnam, Malasia, Singapur, Brunéi, Indonesia, Filipinas, Tailandia, Laos, Birmania, Camboya), junto con China y cuatro países con culturas más occidentales como Japón, Corea del Sur, Australia y Nueva Zelanda.

El Acuerdo de Asociación UE-Mercosur aglutina cerca del 20% del PIB mundial medido en dólares constantes, un 8,5% de la población mundial y del 30% del comercio global, con Reino Unido excluido, según nuestros cálculos a partir de los Indicadores de Desarrollo Mundial (Banco Mundial, 2021). Consta de tres componentes: comercio, diálogo político y cooperación económica. La UE firmó el acuerdo comercial con

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Mercosur en junio de 2019 y en junio de 2020 el pacto político y de cooperación. Nuestro trabajo se centrará en el pilar del comercio que, por tratarse de un tratado moderno, comprende otros aspectos como la Inversión Extranjera Directa, el comercio digital, el comercio en servicios y la contratación pública, entre muchos otros. En la actualidad, ambas partes se están centrando en realizar una revisión jurídica del texto acordado para llegar a la versión final del acuerdo y de todos sus aspectos comerciales.

“Este acuerdo muestra que el objetivo de reducción arancelaria de la UE se ha logrado, incluso en los sectores más sensibles del Mercosur. La eliminación de aranceles en sectores críticos de la industria es uno de los principales beneficios para las empresas europeas, que hasta ahora se habían enfrentado a mayores costos para introducir automóviles (aranceles del 35%), piezas de automóviles (14-18%), maquinaria (14-20%), productos químicos (hasta 18%) y medicamentos (hasta 14%) en el mercado del Mercosur. Solo en cuestiones arancelarias, el acuerdo representa un ahorro de 4.000 millones de euros para las empresas europeas, una suma que es cuatro veces más que las ganancias para la industria de la UE en virtud del Acuerdo de Libre Comercio UE-Japón (JEFTA) y seis veces más que las obtenidas del Acuerdo Económico y Comercial Global con Canadá (CETA)” (Ghiotto y Echaide, 2019, p. 22).

Los efectos del Acuerdo negociado: Modelo de equilibrio