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Impacto macroeconómico en España: distintos escenarios del acuerdo

La Tabla 4.2 presenta el impacto en España para un amplio grupo de variables macroeconómicas: PIB, consumo privado (variación equivalente del consumo), exportaciones e importaciones agregadas, empleo, salarios, remuneración de capital, emisiones de CO2, IPC, ingresos públicos totales, distinguiendo entre los ingresos por aranceles e ingresos por otras vías. Las columnas recogen el impacto en cada una de estas variables.

En las filas de la Tabla 4.2 aparecen los efectos del acuerdo en el año de entrada en vigor (Año 1), en el año 5 (cuatro años después de la entrada en vigor), en el año 11 (diez años después de su implementación) y en el año 16 (tras quince años de su entrada en vigor) en sus cuatro primeras filas. En ellas se incluye el impacto conjunto de todos los componentes que analizamos del acuerdo interactuando simultáneamente. Estos componentes se han explicado detenidamente en el capítulo dedicado a los escenarios y simulaciones.

Seguidamente, la Tabla 4.2 recoge los efectos de la reducción de aranceles y cuotas arancelarias, que son distintos en los cuatro años de nuestro análisis, presentando una liberalización progresivamente mayor. A continuación, aparece el impacto de la reducción de las medidas no arancelarias tanto al comercio de bienes como de servicios, que denotamos como “MNAs años 1-16”. Los porcentajes de reducción que se asumen en esta simulación se implementan en el año de entrada en vigor y en los tres años restantes con la misma cuantía de reducción en todos ellos. Descendiendo más aún en la Tabla 4.2 presentamos los resultados de la reducción de medidas no arancelarias a la IED (“IED años 1-16”). Como ocurre con las “MNAs años 1-16”, estas reducciones se aplican en la misma cuantía en los cuatro años modelizados. Ya veremos como una última simulación, introduce una mayor reducción de todas estas medidas no arancelarias que, por facilitar, de momento asumimos tienen todos los años la misma caída.

Por último, las dos últimas filas de la Tabla 4.2 presentan los resultados de la apertura a la contratación pública. Esta varía según los años del acuerdo considerados, ya que éste contempla que, aunque inicialmente se abre a nivel de organismos centrales del gobierno, en un período máximo de 2 años tras su implantación puede abrirse también a los regionales. Así pues, en los años 1 y 5 consideramos un escenario de contratación pública a nivel únicamente central (“CP años 1 y 5”). Por contraste, para los dos períodos siguientes introducimos este escenario de contratación a nivel regional, en el que las reducciones de medidas no arancelarias al comercio de bienes y servicios y a la IED en servicios resultantes de la apertura a la contratación pública se multiplican por dos (“CP años 11 y 16”). Ciertamente, nada asegura que la contratación vaya a aplicarse a los gobiernos regionales. No obstante, este escenario de dobles reducciones en medidas no arancelarias puede ser considerado también como una profundización en el potencial del acuerdo que siempre implica un cierto período de tiempo, como se deduce de los informes de la Comisión Europea del desarrollo de sus tratados comerciales (Comisión Europea, 2020a, 2020b) y de otros trabajos de la literatura (Baier, et al., 2019). Esta es la simulación

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que, como decíamos, modula que puede haber una profundización en los logros del acuerdo en cuanto a mayores reducciones en medidas no arancelarias, conforme avanzan los años.

Los resultados de esta tabla y los del resto del capítulo aparecen en muchos casos con un nivel de dos decimales. Esto es así porque para algunas variables las variaciones son pequeñas y, si sólo incluyéramos un solo decimal, perderíamos algunos matices en el análisis. Como ocurre con las estimaciones de los modelos de equilibrio general computable, así como de otras técnicas cuantitativas, los resultados no deben ser tomados literalmente, al pie de la letra, sino como órdenes de magnitud. En este trabajo hemos tratado de cuantificar distintas fuerzas que influirán en los resultados del acuerdo UE-Mercosur. Hemos incorporado un número importante de ellas, más allá de las que se han analizado en estudios previos, hasta donde podemos saber. Con todo, no todas las fuerzas que el acuerdo pone en marcha se pueden cuantificar. Los resultados pueden interpretarse como órdenes de magnitud que pretenden orientar ofreciendo distintas cuantificaciones que alcanzamos a estimar.

La Tabla 4.2 muestra que el Acuerdo UE-Mercosur es beneficioso para la economía española y lo será aún más conforme se vayan implementando todas sus potencialidades.

Desde un impacto inicial en el año 1 para el PIB del 0,14%, se va produciendo un impulso cada vez mayor hasta alcanzar un 0,23% en el año 16. Por poner este resultado en perspectiva, supondría una fuerza importante para mitigar los efectos negativos del Brexit en nuestra economía española que, según nuestras estimaciones previas para un acuerdo en línea con el alcanzado el 24 de diciembre de 2021 entre la Unión Europea y Reino Unido, supondría una contracción de nuestro PIB el -0,47% del PIB (Latorre y Yonezawa, 2020a; Latorre y Yonezawa, 2020b).

Los efectos para el consumo privado son de un aumento del 0,22% en el año 1 que, también progresivamente, va creciendo hasta un 0,36% en el año 16. Aplicando este 0,36% a la cifra total para el consumo privado que ofrece el INE como avance del año 2019, supondría una cifra de 3.415,4 millones de euros. Ofrecemos la cifra en valores absolutos a título orientativo, conociendo que claramente infravalora el impacto. En efecto, es importante señalar que cabe esperar que el valor absoluto final sea considerablemente superior en el año 16, pues el consumo privado habrá alcanzado una cifra mucho mayor en la economía española en una década y media, tras la implantación del acuerdo. Esta cifra orientativa es considerable en comparación con la estimada por la LSE (2020) para el conjunto de la UE28 (incluyendo Reino Unido), que estiman en 6,3 miles de millones de euros y 8,60 miles de millones de euros, en sus escenarios conservador y ambicioso, respectivamente.

Como ya se ha dicho, el consumo privado está medido con la variación equivalente del consumo) y está en “términos reales”, como todas las variables que venimos analizando.

Es decir, teniendo en cuenta los efectos de los ajustes de precios que el tratado ocasiona en la capacidad adquisitiva de los consumidores, ajustes que en breve también analizaremos. Adicionalmente a la variación del consumo, una de las ventajas de este tipo de acuerdos es que ofrece a los consumidores acceso a una mayor variedad de productos

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de consumo. Un razonamiento análogo puede hacerse para el acceso a un mayor número de bienes intermedios disponibles para las empresas, en la medida en que genera importaciones de inputs para el proceso productivo.

Las exportaciones agregadas aumentan ligeramente hasta alcanzar el 0,20%, siendo algo mayor el incremento de las importaciones agregadas que llega hasta el 0,37% para el año 16. En este mismo año el impulso para el empleo agregado en nuestra economía sería de un 0,11%, con un aumento de los salarios del 0,14%. Continuando con los resultados para el año 16, la remuneración de capital se elevaría en un 0,28% y las emisiones de CO2 en un 0,19%, con unos precios que se mantienen relativamente estables (0,10%) a pesar de desplegarse en un contexto claramente expansivo.

El mayor volumen de actividad económica eleva las emisiones de CO2. Como hemos visto, las emisiones para el resto de la Unión Europea aumentan en menor medida que en la economía española, no sólo porque el impacto en el PIB sea menor para el resto de la UE, sino porque proporcionalmente las emisiones de CO2 son menores en la UE26. Estos resultados se encuentran en consonancia con el hecho de que, a pesar de los planes del gobierno español para reducir las emisiones, se ha constatado la necesidad de España de adquirir derechos de emisión en el mercado europeo de forma reiterada. No obstante, en el marco de la estrategia a largo plazo 2015 presentada en 2018 por la Comisión Europea:

“Un planeta limpio para todos”, posteriormente reforzada por el “Pacto Verde”

(“European Green Deal”), el gobierno español envió un Plan Nacional Integrado de Energía y Clima en febrero de 2019, pendiente de evaluación, con objetivos para 2030 que supondrían un avance para una estructura energética más limpia que la que subyace a los resultados de estas simulaciones.4

Con todo, respecto al conjunto de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), según Sinabell, Grübler y Reiter (2020), en el año 2017 la UE28 tuvo un índice GEI (toneladas per cápita) de 8.5, mientras que en España fue de 7.3, siendo Luxemburgo el país con la mayor emisión de GEI con 17.3 y Malta el de menor con un índice GEI de 4.7. Por el lado de Mercosur, en el año 2015, la media de emisiones del índice GEI para los cuatro países fue de 6.6, Argentina 8.7, Brasil 6.0, Paraguay 6.2 y Uruguay 14.0. Esta comparación refleja una media superior para la UE28 respecto a la emisión de GEI, como hemos visto también en el caso de las emisiones de CO2 analizadas en el apartado anterior.

Por otra parte, nuestros resultados de emisiones de CO2 aíslan el impacto del acuerdo UE-Mercosur, suponiendo que todas las demás políticas, incluida la política climática, se

4 El acuerdo puede, adicionalmente, favorecer el acceso a energías más limpias a todos sus firmantes. Como afirma la LSE (2020, p. 96), “la reducción de las barreras no arancelarias sobre los bienes y servicios medioambientales puede contribuir a aumentar su acceso. Un mayor comercio puede aumentar la competencia e inducir una mayor innovación”. De hecho, la UE posee cifras muy superiores a Mercosur respecto a patentes relacionadas con el cambio climático, registrando más de 1.200 por millón de habitantes.

Por el lado de Mercosur, Brasil es el país que contribuye con más patentes en este campo (24 por millón de habitantes), seguido de Uruguay con 12 y Argentina con 10, durante los últimos 10 años, no existiendo datos referentes a Paraguay. Concluye la LSE (2020) que el acuerdo podría representar una oportunidad en materia de cooperación para transferencia de conocimientos y tecnología y contribuir de esta forma a los objetivos medioambientales.

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mantienen fijas. En realidad, la UE tiene un objetivo de emisiones para el que una parte está bajo el sistema de comercio de emisiones de la UE, mientras que la otra parte está regulada por cada país de la UE. De modo que, si alguna política no relacionada con el cambio climático cambia las emisiones, entonces se ajusta endógenamente la política de emisiones para alcanzar el objetivo final de emisiones. Como se ha dicho, en nuestras simulaciones no se incluye el ajuste de las políticas climáticas, sino que simplemente se mide el impacto directo de la eliminación total de aranceles en las emisiones. Cabría, por tanto, esperar que, ante el aumento de las emisiones, la política climática se ajuste y, más aún, a la vista de que para los próximos años la Unión Europea “sitúa la sostenibilidad en el centro de su nueva estrategia comercial, en apoyo de la transformación fundamental de su economía en una economía climáticamente neutra” (Comisión Europea, 2021).

Desde el punto de vista de la sostenibilidad de las finanzas públicas, a pesar de los menores ingresos por la eliminación de aranceles, como se ve en los escenarios que aíslan el impacto de aranceles y cuotas, el mayor nivel de actividad económica que el acuerdo produciría eleva la recaudación por otras vías (última columna de la Tabla 4.2), resultando en un incremento de los ingresos públicos en todos los escenarios contemplados.5

Como ya se ha señalado al analizar la Figura 4.1, esta evolución positiva de las variables macroeconómicas que acabamos de describir es causada por las solas fuerzas que el acuerdo UE-Mercosur pondría en marcha, considerando todo lo demás constante. En el mundo real, el acuerdo interactuará con otras muchas fuerzas operando en las economías, tales como el Covid-19, políticas fiscales, monetarias, comerciales…etc. que empujarán las variables macro al alza o a la baja.

La ambiciosa negociación de reducciones arancelarias y de cuotas, pues ambas se incluyen en este escenario que por simplificar denominamos (“Aranceles”), es clave en la explicación del impacto total del acuerdo. Así, pues, la progresiva liberalización arancelaria pasa de tener un efecto muy levemente positivo en el año de implementación (+0,02% de crecimiento en nuestro PIB) a brindar incrementos cada vez mayores, hasta el alcanzar el 0,09% en el año 16 del acuerdo. El potencial habría sido todavía mayor de liberalizarse por completo todos los sectores, como hemos observamos en una simulación aparte con una eliminación total de aranceles, que no se despliega en la Tabla 4.2. No obstante, las ganancias de lo negociado se sitúan sólo levemente por debajo. En el año 16 el PIB aumentaba en un 0,14%, tras la liberalización total, y ahora lo hace en un 0,09%.

Es de notar que la liberalización de cuotas y aranceles es el componente que tiene mayores efectos. Produce un impacto muy similar para el agregado de las exportaciones e importaciones españolas en los años considerados. En concreto, los aumentos son del 0,24% para ambos en el año 16. Es en el año 16, una vez desplegado todo el potencial de

5 Aunque en las simulaciones estimamos la reducción de ingresos que causarían la eliminación de aranceles (resultado de la columna “Ingresos por aranceles”), es importante señalar que España envía parte de los ingresos generados por aranceles a las arcas comunitarias. Por ello, el impacto efectivo de la reducción en la recaudación arancelaria para el erario público español es aún menor del que figura en la Tabla 4.1, que sobrevalorando este efecto, extrae el total de ingresos por aranceles de la recaudación pública.

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las cuotas y aranceles, cuando se convierten en el componente del acuerdo que mayor impacto produce en todas las variables macroeconómicas.

La disminución de las medidas no arancelarias al comercio de bienes y servicios (“MNAs año1-año16”), tienen un efecto positivo, aunque reducido (+0,02% del PIB). Aunque elevan el comercio lo hacen en menor medida que la liberalización arancelaria. En no pocos sectores los aranceles en la actualidad son mayores que las medidas no arancelarias y, sobre todo, la disminución de los aranceles es mucho más intensa que la de las medidas no arancelarias. Esto conlleva que sea mayor la eliminación de barreras al comercio que surge en este acuerdo cuando se reducen o, en la mayor parte de los casos, se eliminan los aranceles que cuando se reducen las medidas no arancelarias al comercio. Los impactos son igualmente positivos y muy leves para el consumo privado y comercio agregado, manteniendo prácticamente invariable el comercio agregado, los salarios, la remuneración de capital, las emisiones de CO2 y los precios.

Donde España puede obtener unos beneficios que, hasta donde sabemos, no han recibido prácticamente atención en la mayor parte de los análisis existentes de este acuerdo, es en las reducciones a las medidas no arancelarias aplicadas a la IED (“IED año1-año16”). La presencia de las filiales españolas en Mercosur es relevante y el incremento de sus operaciones conllevaría una fuerza positiva para el PIB español de aproximadamente un 0,08%. Se convierte así en un componente de gran importancia en el acuerdo UE-Mercosur aportando inicialmente un impulso mayor que el de los propios aranceles. En este trabajo se modeliza la IED en los sectores de servicios avanzados (esto es, en todos los sectores de servicios salvo servicios personales y en otros servicios). La mayor actividad de las multinacionales en buena parte de los servicios avanzados de Mercosur elevaría las exportaciones bilaterales españolas hacia estos sectores de servicios, disminuyendo las exportaciones dirigidas a otros sectores y a la UE26 y al resto del mundo. Es por esto que, cuando analizamos este componente de la IED de manera aislada (“IED año1-año16”), observamos una caída en las exportaciones. Se da un efecto sustitución entre exportaciones e IED. Con todo, mayores operaciones de las multinacionales españolas en Mercosur conllevan una leve generación de empleo en España (0,02%), así como mejoras en los salarios (0,04%), aumentos en la remuneración del capital (0,13%), muy leves incrementos en las emisiones de CO2 (0,03%) y un pequeño aumento de precios (0.04%).

El último componente sería la contratación pública. En el primer período (“CP años 1 y 5”), sus efectos para nuestra economía son positivos, pero sumamente reducidos (0,01%).

Sería necesaria una profundización llevándola al nivel regional o un avance en la implementación de otras medidas que produzcan reducciones adicionales en las medidas no arancelarias las que causarían un incremento adicional para el PIB de nuestro país del 0,03% (“CP años 11 y 16”). Los efectos son también reducidos y proporcionales para el resto de las variables macroeconómicas, que experimentan un leve impulso positivo, pues prácticamente se doblan cuando pasamos del primer período (años 1 y 5) al segundo período (años 11 y 16).

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En el caso de no avanzar en la contratación pública a nivel regional, o de estimar que no se darían reducciones adicionales en las medidas no arancelarias como las que captura el escenario “CP años 11 y 16”, el lector puede fácilmente obtener una idea aproximada del descuento necesario, restando al impacto total de los años 11 y 16, el derivado en el escenario “CP años 1 y 5”, que es el impulso adicional atribuido a la contratación pública o a otros efectos dinamizadores del potencial del acuerdo en los años 11 y 16.

Es claro, por tanto, que el Tratado UE-Mercosur supone una fuente de crecimiento para nuestra economía. Los resultados de este capítulo recogen y cuantifican los principales mecanismos que provocan el incremento en el PIB español, atendiendo a cada una de las vías por la que tradicionalmente se calcula. Como es sabido, existen tres maneras de estimar el PIB de una economía (lado de la demanda, de la oferta y de las rentas). El PIB por el lado de la demanda aumenta arrastrado por un importante aumento en el consumo privado, que es el componente de la demanda final que más pesa con diferencia en el PIB calculado por esta vía. Aunque el comercio exterior (exportaciones e importaciones agregadas) también aumenta, su aportación directa al PIB por el lado de la demanda se compensa en términos netos reales en nuestros resultados, sin perjuicio de que sí afectan a la producción en los distintos sectores de la economía, lo que pone en marcha otra serie de efectos vía producción y rentas, como veremos. Así mismo, tanto los componentes de gasto público e inversión se mantienen constantes en nuestras simulaciones en el modelo central de referencia, para no introducir sesgos y centrar los ajustes en los mecanismos que interactúan en el modelo en los derivados del comercio internacional en todos los sectores y a los de las operaciones de las multinacionales en los sectores de servicios. Esta práctica del tratamiento del PIB por el lado de la demanda es la habitual en los modelos de equilibrio general computable que analizan el impacto de shocks relacionados con el comercio exterior (Tarr, 2012; Rutherford y Tarr, 2008; Olekseyuk y Balistreri, 2017;

Latorre, Olekseyuk, Yonezawa y Robinson, 2019; Latorre, Olekseyuk, y Yonezawa, 2020; Latorre, Olekseyuk, Yonezawa y Robinson, 2020).

El consumo privado aumenta gracias al incremento de los salarios, la remuneración de capital y el número de empleados. Estas últimas variables ofrecen otra vía de análisis del PIB, por el lado de la renta. Tal y como se recoge en la Tabla 4.2, todos los factores de producción contribuyen a la expansión del PIB por esta vía. En el caso de la mano de obra y de los salarios, observaremos más detalladamente su evolución en los resultados sectoriales. Para esos resultados nuestro análisis ofrece el detalle de la producción en cada uno de los 41 sectores del modelo, junto con un total para el agregado de agricultura, manufacturas y servicios, así como el agregado de la producción del total de los sectores

El consumo privado aumenta gracias al incremento de los salarios, la remuneración de capital y el número de empleados. Estas últimas variables ofrecen otra vía de análisis del PIB, por el lado de la renta. Tal y como se recoge en la Tabla 4.2, todos los factores de producción contribuyen a la expansión del PIB por esta vía. En el caso de la mano de obra y de los salarios, observaremos más detalladamente su evolución en los resultados sectoriales. Para esos resultados nuestro análisis ofrece el detalle de la producción en cada uno de los 41 sectores del modelo, junto con un total para el agregado de agricultura, manufacturas y servicios, así como el agregado de la producción del total de los sectores