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IDA: NÚMERO DE ASENTAMIENTOS POR REGIÓN OCTUBRE 1961 – DICIEMBRE 2005

A) El impacto del desarrollo de las actividades turísticas

Uno de las actividades de mayor crecimiento en la economía nacional es el turismo. Su desarrollo se extiende hoy por todo el territorio nacional y los efectos de su desenvolvimiento afectan a las diversas regiones del país. En muchos territorios rurales, familias y comunidades, buscan diferentes maneras de incursionar en una actividad atractiva por las oportunidades que ofrece para la incorporación en ella con pequeñas o medianas empresas rurales. El auge del turismo ha llegado a envuelto a muchas familias establecidas en los asentamientos campesinos, dando lugar al desarrollo de diversas actividades rurales no agrícolas, vinculadas al turismo, generadoras de ingresos para la subsistencia familiar. En varios asentamientos campesinos las actividades agrícolas han dejado el lugar a inversiones y desarrollos relacionados al turismo. En algunas oportunidades, como ocurre en la región Huetar Norte, en el Pacífico Central y en la región Chorotega, visitadas durante el desarrollo del estudio, estos procesos son llevados a cabo por las mismas familias ubicadas en los asentamientos establecidos por el IDA. En otros casos, por el contrario, el desarrollo turístico ejerce un efecto de desplazamiento de estas familias o les ofrece oportunidades de empleo a sus integrantes. La presión más significativa observada durante el trabajo de campo ocurre, espacialmente, en las zonas costeras del país. En estos asentamientos la presión ejercida por inversionistas externos e internos, atraídos por el auge del turismo, lleva a numerosas familias a vender sus tierras.

Durante la visita al asentamiento Santa Teresa, ubicado en la Península de Nicoya, cerca de Malpaís, sitio al cual han arribado abundantes inversionistas del exterior y nacionales, se pudo constatar la transformación ocurrida en el asentamiento, cuyas parcelas se dedican hoy, de manera preponderante, a actividades relacionadas con el turismo. El

impacto en las familias ha sido, a lo largo de los años, diferenciado. Este asentamiento surge de una ocupación precaria llevada a cabo en una hacienda dedicada a la ganadería extensiva. Aproximadamente 35 familias ocuparon las tierras y luego de un intenso conflicto intervino el IDA, adquirió la finca y asentó cerca de 80 familias, asignándoles parcelas de un tamaño promedio de 12 hectáreas14. Las difíciles condiciones que debieron enfrentar durante los primeros años y la presión surgida con los inicios de la expansión turística, llevaron a varios de los adjudicatarios de las parcelas a abandonar o vender sus parcelas. En este momento, las parcelas son vendidas en un precio que ronda el millón de dólares, los beneficiarios que permanecieron en sus tierras han segmentado sus fincas, han vendido parte de ellas y se dedican a actividades vinculadas al turismo.

Otros parceleros vendieron sus tierras y han comprado fincas en lugares más alejados15.

Como se puede apreciar, en este caso encontramos un impacto diferenciado del acelerado mercado de tierras crecido al calor del desarrollo del turismo. Algunos de los antiguos campesinos han logrado beneficiarse con este proceso y sus hijos se hallan hoy en condiciones muy diferentes a las de sus padres. Estas familias han vivido un claro procesos de movilidad social ascendente. Otras familias lograron, asimismo, aprovechar el auge turístico, vender sus tierras y reinstalarse como productores familiares en otros lugares. Por otro lado, otros parceleros vendieron sus propiedades a precios ridículos, y permanecen en Santa Teresa dedicados a actividades vinculadas al desarrollo urbano o trabajan como empleados en las diversas actividades de servicios abiertas con el desarrollo del turismo. Una situación similar se vive en el Jobo, asentamiento surgido de una ocupación precaria, ubicado en la Región Chorotega, sitio en el cual las ofertas por la compra de las parcelas de 10 hectáreas superan los mil millones de colones, generando

14 Esta descripción se fundamenta en las entrevistas efectuadas a Trinidad Segura, parcelero, hoy próspero empresario, quien fue el líder de la ocupación precarista efectuada en esa finca; y, a Uriel Vargas, jefe de la oficina subregional del IDA en Paquera, Región Pacífico Central.

15 Por haber transcurrido más de quince años desde la creación de este asentamiento, se han levantado los impedimentos legales para la venta de las tierras y los antiguos parceleros cuentan hoy con el título de propiedad, lo que les permite vender la totalidad de la parcela o una parte de ella. En la página siguiente, se incluyen tres fotografías correspondientes al Asentamiento “Santa Teresa”. En la primera de ellas se observa una parte de la antigua parcela #1 del asentamiento, en la cual se levanta un edificio vinculado con el desarrollo turístico local, levantado por un inversionista externo. En la segunda foto se percibe un panorama de las parcelas ubicadas en los lugares de mayor cercanía en relación con el centro del desarrollo turístico, muchas de las cuales fueron adquiridas por inversionistas atraídos por las condiciones surgidas con el auge del turismo. En la tercera foto se muestra a don Trinidad Segura, antiguo parcelero, hoy próspero empresario, quien fuera el dirigente campesino de la ocupación precaria que dio origen al asentamiento. En la fotografía se aprecia la casa adjudicada en su momento por el IDA y uno de los edificios de su propiedad, establecido en la parcela, construido por algunos de sus hijos dedicados en la actualidad a esa labor.

Fotografía del dirigente campesino de la ocupación precaria que dio origen a un asentamiento en la zona turística de Santa Tersesa y vistas de parcelas vendidas por antiguos adjudicatarios del IDA, sin limitaciones jurídicas para su venta.

una fuerte presión de los parceleros por la titulación de las tierras por parte del IDA, con la finalidad de tener posibilidad legal de venderlas.