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Desarrollo rural y pequeña agricultura campesina en Chile

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UNA PROPUESTA METODOLOGICA PARA LA PEQUEÑA AGRICULTURA CAMPESINA DEL

4.1 Desarrollo rural y pequeña agricultura campesina en Chile

La política de apertura al comercio internacional, aplicada por Chile a comienzos de los años ‘80, transformó profundamente la naturaleza y la organización del sector primario chileno. El país latinoamericano ha consolidado, en estas últimas décadas, su posición económica internacional mediante la drástica reducción de las barreras tarifarias necesarias para promover un modelo de desarrollo fuertemente ligado a las exportaciones (export led growth)52.

El importante crecimiento económico registrado en el sector primario ha sido de todos modos prerrogativa de las medianas y grandes empresas agro-zootécnicas y forestales chilenas. Se muestra controvertido, en cambio, el impacto de la misma sobre la PAC, la que contribuye a la formación del PIB agrícola en un 25% de su valor, genera ocupación a favor del 6,2% de la población económicamente activa del país y representa un trazo distintivo e importante de la economía rural chilena (Gobierno de Chile, 2007).

La PAC, según la clasificación del INDAP, se refiere a las empresas cuya superficie resulta ser inferior a las doce hectáreas de “riego básico”53. La

52 Esta elección decretó, por tanto, el completo abandono de la anterior política de sustitución de las importaciones, nacida justamente en Chile en el ámbito de la Economic Commission of Latin America and Caribbean (ECLAC) de las Naciones Unidas.

53 Con este vocablo se pretende hacer referencia al sistema de conversión que permite la equiparación de las potencialidades productivas de los suelos a nivel nacional chileno. La región tomada como referencia es la que se encuentra inmediatamente debajo de la capital, Santiago, la cual por sus específicas

agricultura campesina está compuesta, según datos del penúltimo censo, por 278.840 empresas (alrededor del 80% de las empresas operantes en el sector primario) cuya actividad de producción está más orientada hacia el mercado interno que al internacional. Del universo de las empresas adherentes a la PAC, se estima que 120.000 empresas son económicamente sostenibles, mientras las restantes 160.000 no permiten la satisfacción de las necesidades de la familia. La mayor o menor sostenibilidad económica de las empresas está igualmente vinculada al potencial agro ecológico del territorio: el 47,2% de las empresas se concentra en zonas de bajo potencial (zonas áridas del norte, zonas áridas costeras, área de la pre-cordillera andina), mientras que el 52,5% se ubica en áreas con mayor potencial y menor fragilidad ecológica (valles transversales, depresiones intermedias, etc.).

Bajo el perfil de la capacidad emprendedora en el ámbito de la PAC se pueden encontrar ya sea emprendedores agrícolas que piensan en maximizar las utilidades, como agricultores que, en cambio, tienden a reducir los riesgos con estrategias económicas dirigidas a la subsistencia muy a menudo determinadas sea por la limitada disponibilidad de input de producción como por la edad avanzada de los empleados. El 67% de los productores tiene, en efecto, una edad superior a los 45 años (el 25% de los mismos supera los 65 años), mientras sólo el 23% tiene una edad comprendida entre los 31 y los 45 años (según los datos del censo previo de la agricultura de 1997). El nivel de instrucción es muy bajo (el 13% de los empleados no registra ningún nivel de instrucción, mientras que el 69%

alcanza sólo el nivel de instrucción primaria). Bajo el perfil de los ingresos monetarios mensuales, se estima que un tercio de los productores percibe un importe inferior al ingreso mínimo agrícola (es decir, menos de $ 120.000 al mes), que desde el punto de vista fiscal corresponde a la categoría E o bien la de los “muy pobres”. Los dos tercios restantes perciben ingresos comprendidos entre $ 120.000 y $ 500.000 mensuales, correspondiente a la categoría fiscal D es decir de los “pobres”54.

condiciones pedológicas resulta ser la más fértil de todo el país. Se ha creado, por tanto, una escala de coeficientes de conversión que permiten comparar la fertilidad de todos los suelos chilenos con los de la región más fértil, de modo de uniformar la comparación a nivel nacional.

54 Fuente: AA.VV (2007) “Inserción competitiva de la agricultura familiar campesina chilena. Un modelo de desarrollo inclusivo en economías globalizadas”

Gobierno del Chile. Santiago.

Para reducir la divergencia entre las empresas agrícolas económicamente débiles y empresas agrícolas de mayor rentabilidad, la política agrícola chilena prevé, entre sus estrategias de acción:

1. promover acciones que busquen insertar a la pequeña agricultura campesina en los mercados agroalimentarias nacionales e internacionales;

2. dar impulso público-privado al desarrollo dirigido a la exportación, favoreciendo la inserción en el sector de la pequeña agricultura campesina.

Al respecto está prevista una política de equidad que permita dotar a todos los pequeños agricultores con los instrumentos de modernización tales como: la financiación, el acceso a la innovación tecnológica, la formación de empresa, el apoyo a la asociatividad, las estrategias de diversificación del producto, la inserción en la cadena productiva agroalimentaria, sea en los mercados nacionales como en los internacionales, el acceso a la red Internet de las comunidades rurales y el fortalecimiento organizativo en los ámbitos locales, regionales y nacionales.

Si tales son los objetivos políticos parece oportuno preguntarse, al fin de delinear una clara estrategia de desarrollo a favor del sector, cuáles son los factores limitantes del desarrollo de la pequeña agricultura campesina y su activa participación en el sistema de los intercambios sea internos como internacionales, en los cuales las medianas y grandes empresas agrícolas juegan, en cambio, un rol fundamental.

Para disertar sobre tales cuestiones el clásico enfoque económico ha requerido la adopción de un enfoque de análisis estrictamente sectorial, basado sobre indicadores agronómicos y económicos consolidados y sobre su posterior análisis estadístico con el fin de evidenciar particulares elementos de criticidad. A lo largo de este filón de pensamiento se organiza la estrategia actualmente propuesta a nivel gubernativo chileno para el desarrollo de la PAC55. La política gubernamental no plantea ninguna diferenciación de carácter territorial, o bien, la “receta” propuesta parece la misma independientemente de que el agricultor tradicional o el pequeño emprendedor agrícola vivan en la Región de Tarapacá o en la Región de Biò-Biò, o bien en la Región de Los Lagos.

No obstante esto en el momento en el cual nos preparamos para afrontar el tema de la pequeña agricultura campesina parece necesario el pasaje de un enfoque exclusivamente sectorial a un enfoque que integre el análisis del

55 Se pueden comparar al respecto los documentos de programación económica en el desarrollo del sector primario.

sector con el análisis del territorio de referencia. Este pasaje que conjuga enfoque territorial con enfoque sectorial es propio de la “nueva ruralidad”.

En otras palabras, el pasaje de una economía agraria a una economía rural significa transitar de un enfoque sectorial (propio de la primera) a uno sectorial-territorial (propio de la segunda). Como se evidenció anteriormente la economía rural prevé la integración de los diferentes sectores económicos a nivel local, considerando necesariamente las especificidades del contexto. No es posible, por tanto, hablar de una política rural (en lugar de una política agraria) que prescinda de las especificidades del lugar en el cual la misma es aplicada. En otros términos la economía rural puede ser claramente interpretada sólo si el enfoque sectorial se conjuga con el territorial.

Es oportuno subrayar que la atención en el tema de la territorialidad ha sido fuertemente influenciada por la Iniciativa Comunitaria LEADER desarrollada en Europa en el transcurso de los años ‘90, que en el nuevo período de programación comunitaria 2007-2013 se ha convertido en uno de los cuatro pilares de la política de desarrollo rural europea. La misma ha influenciado fuertemente al los policy maker de muchas agencias multilaterales, entre las cuales FAO en América Latina.

Al respecto se observa que el pasaje de una economía de carácter tradicional a una economía agraria, especialmente en el contexto latinoamericano, ha determinado efectos de concentración de la riqueza y, consecuentemente, de la marginalización del sistema económico de significativas categorías sociales que operaban en el anterior sistema tradicional (asalariados agrícolas, pequeños emprendedores, operarios, etc.). La nueva ruralidad que emerge cuando el desarrollo agrícola ya se ha consolidado, tiene como objetivo la diversificación de las oportunidades de ingreso y de empleo en el contexto extra urbano a favor, de modo prioritario, de las categorías sociales marginalizadas del desarrollo agrícola.

Evidentemente la nueva ruralidad en Europa y en América Latina parte de presupuestos de historia económica bien diferentes, sin embargo, el objetivo es común: mantener la vitalidad socio-económica de las áreas extra urbanas.

4.2 Los factores limitantes para el desarrollo de la

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