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Los asesinatos “ejemplarizantes”

Im Dokument La huella invisible de la guerra (Seite 132-137)

A la señora la asesinaron de tres tiros.

¿Y los hijos de ella?

Se tuvieron que ir esa misma noche, cuando le estaban haciendo el levantamiento a la señora ahí mismo mandaron a un pelado de los gatilleros a que les dijeran que se tenían que ir, que tenían que desocupar la casa.

(Entrevista colectiva, 2010) El asesinato como motivo de desplazamiento de la población en Medellín ha sido referido por la Personería de Medellín en cada uno de sus informes desde el 2006. En ese año, el 3% de un total de 776 declarantes señaló el asesinato como motivo de su desplazamiento.

La proporción de personas que huye como resultado de un asesinato aumentó en 2007: el 8% del un total de 228 familias declarantes se desplazó por asesinatos. Entre el 2008 y el 2010 este patrón se man-tuvo; en 2008, de 407 declaraciones el 3% declaró este motivo de des-plazamiento, y en 2010 el 8,8% de un total de 1378 declarantes seña-ló este su motivo de desplazamiento (Personería de Medellín 2006, 2007, 2008y 2010). El asesinato ha sido una acción de violación por parte de los grupos armados del derecho a la vida realizada con el fin de eliminar a quien se considera amenazante y, especialmente, como una forma de demostrar a los sobrevivientes el dominio que podían llegar a tener sobre la población.

La siguiente tabla ilustra la evolución del homicidio en la Comu-na 13 y muestra uComu-na tendencia al descenso a partir del 2004 que se mantiene hasta el 2007. A partir del 2008 se observa un incremento notorio; en el 2009 alcanza su máximo nivel con 109 casos, es decir, tres asesinatos en promedio cada 10 días. El aumento del homicidio en el 2009 parecería coincidir con el del desplazamiento forzado en ese año, sugiriendo una posible relación entre ambos73.

Tabla 6. Evolución del homicidio y el desplazamiento en la Comuna 13 y Medellín, 2003-2009 .

Fuente: Policía Nacional 201074; Acción Social 2010b.

73 Otras fuentes hablan de miles de muertos en la Comuna 13, lo que se distancia en grado sumo de las estadísticas oficiales. Véase Instituto de Estudios Politicos de la Universidad de Antioquia 2008.

74 Solo fue posible obtener los indicadores de violencia mencionadas para la Comuna 13 a partir del 2003, por fuentes de la Policía Nacional.

COMUNA 13 MEDELLÍN

Quienes se han desplazado de la Comuna 13 encuentran efec-tivamente en el asesinato de personas cercanas, del entorno in-mediato, o bien de vecinos de los que incluso muchas veces no se tiene más información, pero cuyos cuerpos aparecen expuestos en lugares públicos, como fuente de uno de los miedos más fuertes, el miedo a la muerte. Desplazarse constituye en este sentido un mecanismo claro para protegerse del asesinato.

Un hombre mayor debió salir del barrio La Gabriela en el 2002, luego de que paramilitares asesinaran a varios miembros de su familia y a su hijo en condición de discapacidad física.

[…] Yo narro esto porque primero mataron un sobrino mío acá en esta parte dentrando pues por allá, luego bajaron hacia acá a la casa de nosotros y me mataron a mi hijo acá, me encerraron a la esposa mía, a mi persona y a un niño, luego entraron a proceder a matar a este muchacho que estaba inválido, porque luego más atrás le habían dado un tiro como con una escopeta entonces perdió de aquí para acá, quedó inhábil del todo, entonces luego viendo de que este muchacho estaba inhábil entraron acá, porque siempre lo sacá-bamos para afuera en una silla de ruedas y le buscaron forma y hasta que lo cogieron ahí inválido, eso es una injusticia coger una persona inválida viéndolo ahí como, nos cogieron, nos encerraron a mi espo-sa a mi persona y a un niño y lo mataron. Aquí narra cuando espo-salimos ella y yo llevando este muchacho pa’ la Unidad Intermedia, creyendo pues que estaba vivo y allí nos dijeron que estaba muerto, entonces de aquí para allá nosotros ya no volvimos acá porque podían tomar alguna represalia contra nosotros… fueron los paramilitares. (Taller de memoria, testimonio de hombre adulto, 2010)

También se desplazaron familias por miedo al asesinato de personas cercanas que cumplían el mismo rol, realizaban la mis-ma actividad o tenían la mismis-ma edad. Así, por ejemplo, un joven cuenta cómo su madre decide desplazarse después de que varios jóvenes líderes habían sido asesinados:

Pues como te contaba, muchos de mis grandes amigos, cierto, de los que se criaron conmigo, cierto, fueron asesinados

paulatinamen-te, fueron asesinados paulatinamente también por su forma de pen-sar y por no compartir la ideología de la guerra, entonces asesinaron a un compañero de nosotros, no recuerdo bien, en el 2003, 2004; ya desde ahí mamá empezó a planear las cosas, cierto, y desde ahí mi mamá empezó a decir “no, mijo, tenemos que irnos, tenemos que irnos”, y en el 2006 arrancamos. (Testimonio de hombre joven, can-tante de hiphop, 2010)

La cercanía de la población con la muerte es un asunto de peso en la cotidianidad de la Comuna 13. La exhibición de cuerpos sin vida, algunos descuartizados, que los actores armados dejaron en lugares de tránsito fueron mecanismos expeditos para amplificar el temor y hacer mucho más eficaz el control sobre el conjunto de la población. Milicias y paramilitares acostumbraban a tirar los cuerpos sin vida en el lugar conocido como La Ye; en ocasiones estos correspondían a combatientes asesinados por el bando ene-migo y que los guerreros dejaban en este lugar como afrenta al grupo enemigo.

En la época del dominio miliciano, por ejemplo, se recuerda cómo los ajusticiamientos se convirtieron en una práctica eficaz para generar miedo y sumisión en la población:

Por ejemplo lo que se llamaban los ajusticiamientos que nosotros lo pusimos una vez en la mesa con ellos fue diciéndoles “parce, es que nosotros no estamos de acuerdo en que ustedes bajen por aquí un tipo que van a matar mostrándolo a todo mundo, aparte de que lo matan mostrándolo a todo mundo” ¿Por qué? Porque es que cuan-do viene acá la Policía y coge a uno de los milicios acá la gente sale a decirles “no se lo lleven, no se lo lleven , él es bueno, el no tiene nada que ver”, y se lo quitan a la Policía y lo dejan entrar, pero por que cuando ustedes va a matar un pelado independiente de lo que haya hecho él, por qué nadie sale, porque les tenemos miedo, aquí nadie va parar, nadie, solamente la mamá y la novia a decirle que no se lo lleven, del resto todo el mundo ve la marcha fúnebre antes de que pase porque la gente la miran pasar. (Testimonio de hombre joven, líder desplazado, 2010)

Por su parte, los paramilitares de su parte pusieron en práctica un método de terror asociado a las zonas rurales y que, en la me-moria de los pobladores, marca claramente su modus operandi: la exhibición de cuerpos de víctimas sometidos a torturas. Como lo recuerda un paramilitar desmovilizado:

[…] al principio siempre los dos o tres primeros que se matan se dejan en la calle para que la gente entre a creer y sienta la presencia de las autodefensas, en ese entonces marcábamos las calles con el nombre Bloque Cacique Nutibara, Compañía Orión, en el mes de noviembre y de diciembre de 2002 sacamos mucha gente, sacamos por ejemplo gente en cantidad de Belencito… Y se me va, como es de La Gabriela, sacamos mucha gente en esos meses y ya lo que fue enero y febrero de 2003 comenzamos a sacar gente de El Salado y de la Divisa. (Tribunal Superior de Medellín, 25 de marzo del 2009) Las personas que tenían sus viviendas en los barrios periféri-cos son testigos silenciosos o cotidianos de esta guerra; ellos veían pasar diariamente a las milicias y los paramilitares con personas amarradas e incluso había quienes veían el momento en que las ponían a cavar sus propias fosas.

Entonces a nosotros se nos puso allá la vida escalofriante, ¡no!, es que una cosa es nosotros contar y otra cosa es la que uno vive allá, de un día uno ver seis, siete, ocho, nueve muertos; niños, niñas que caían allí sin culpa ninguna. Oiga es que en la Comuna 13 sí hay san-gre derramada injustamente porque uno sabe que es injustamente, que pagaron los que nada tenían que ver con el conflicto. (Testimo-nio de mujer adulta, 2010)

A pesar de la cotidianidad de este horror y del efecto de acos-tumbramiento y naturalización que tiende a crearse frente a estas situaciones en contextos como el descrito en la Comuna 13, muchas personas no soportaron esta situación y también de-cidieron marcharse.

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