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5. Medios de comunicación, televisión, noticias y discurso

5.4 El producto semiótico

5.4.2 El texto informativo

5.4.2.1 Características del texto informativo televisivo

En este apartado presentamos las características que tienen o deben poseer los textos informativos televisivos a partir de investigaciones y manuales de producción476, con el fin de mostrar lo propio de este género textual y, de esta manera, poder diferenciar lo característico de este tipo de realización lingüística y lo particular de los textos analizados. Esto permite no caer en el error de asignarle propiedades a nuestros textos específicos, las cuales, en realidad, pertenecen al género textual en general.

Como ya hemos señalado con anterioridad, no es nuestro objetivo describir y delimitar géneros textuales, por lo que tomamos propuestas de otros autores para la identificación de los géneros textuales que nos interesan. Los géneros textuales477 son agrupaciones de textos (realizaciones lingüísticas) según determinados criterios construidos por las personas. En este trabajo identificamos, siguiendo a Charaudeau478 (2003), un género textual global: el género informativo479. En este género se incluyen los textos informativos y los principales criterios para su delimitación son: a) (re)presentan acontecimientos del espacio social relevantes para la vida en sociedad con el fin de que los ciudadanos (participantes del espacio social) los conozcan (se informen) y les sean de utilidad para futuras interacciones sociales (de cualquier tipo); y b) los productores de los textos son los medios de comunicación (como instituciones) y, por ende, pertenecen al campo periodístico. Se observa que estos criterios se basan en el contenido, la finalidad, los destinatarios y los productores de los textos. Dentro de este género textual global se agrupan textos producidos por medio de distintos soportes (o modos), por ejemplo, escritos, radiales, televisivos o digitales, de los cuales sólo nos interesan los televisivos. De esta manera, a continuación se aborda exclusivamente los textos informativos televisivos.

Dentro del género televisivo informativo hay un grupo de realizaciones (textos) que en la actualidad son los representativos del género global y agrupan, a su vez, una gran variedad de otros subgéneros: el noticiero480. El noticiero se caracteriza por: (re)presentar acontecimientos

476 En los trabajos referidos se utilizan distintas terminologías y perspectivas, por lo cual para nuestra exposición hemos unificado, adaptado y simplificado muchos de esos aspectos.

477 Los conceptos de género textual y modelo de texto tienen una estrecha relación y en ocasiones se hace difícil distinguirlos en la medida de que la construcción de modelos de textos, en general, se basa en géneros textuales. Para nuestra exposición nos basamos en investigaciones sobre los géneros textuales en particular y en manuales de producción, los cuales se consideran modelos de textos, ya que no describen géneros, sino establecen normas o reglas de cómo debe producirse un texto. Recurrimos a ellos, debido a que consideramos que estas realizaciones lingüísticas particulares (las noticias) siguen, en general, modelos, por cuanto se estudian, aprenden y practican en centros educativos (universitarios o técnicos).

478 Charaudeau (2003) habla del “discurso” informativo, sin embargo, su uso del concepto “discurso” no se asemeja al nuestro, por lo cual no podemos utilizarlo.

479 Otros autores hablan de género periodístico (por ejemplo, Renner 2007).

480 A continuación utilizaremos el término “noticiero” para denominar este género textual particular.

de “máxima” actualidad (Charaudeau 2003: 239; Barroso 1996: 413); tener periodicidad y una extensión regular de varios minutos (Barroso 1996: 413); (re)presentar distintos tipos de acontecimientos, lo que produce una fragmentación481 (Charaudeau 2003: 413; Bignell y Orlebar 2005: 139); recurrir a variados subgéneros informativos televisivos (Charaudeau 2003:

238; Barroso 1996: 414); tener un inicio y un cierre claros, generalmente, marcados por una

“cortina”; tener una (o dos) persona(s) que presenta, introduce y unifica los distintos acontecimientos, el presentador (Charaudeau 2003: 240-241).

Sin embargo, en el marco de nuestra investigación, nuestro corpus no coincide con este género, sino que corresponde a subgéneros de éste. Según distintos autores (Barroso 1996: 414;

Renner 2007: 339; Schwiesau y Ohler 2003: 264), entre los subgéneros que se pueden identificar en el noticiero están la noticia, el reportaje de actualidad, la noticia-reportaje482, la entrevista, el sumario, entre otros. De estos, los tres primeros nos interesan, ya que en ellos se pueden agrupan textos de nuestro corpus. La noticia se caracteriza, de manera general, por presentar acontecimientos de absoluta actualidad (del mismo día) y por una breve extensión, lo que obliga a presentar lo central y evitar los detalles (Barroso 1996: 402-405, 414; Schwiesau y Ohler 2003: 264-265). En el reportaje de actualidad se lleva a cabo un tratamiento más profundo de los acontecimientos, por lo que la extensión es mayor que en la noticia y permite una presentación de más antecedentes, valoraciones, detalles, puntos de vistas (Barroso 1996:

420-421; Schwiesau y Ohler 2003: 272); además, el grado de actualidad es más amplio (días), por lo que hay más tiempo para su proceso de producción. Finalmente, la noticia-reportaje es un género intermedio entre la noticia y el reportaje de actualidad, en éste se presentan acontecimientos de máxima actualidad (del mismo día o del día anterior) que incorporan

“rasgos caracterizadores del reportaje [...] tales como la profundización en el hecho (antecedentes y consecuencias), el relato directo, testimonial, de los implicados y la valoración de expertos; en definitiva, contexto, relato directo y valoración” (Barroso 1996: 420). Así, la noticia-reportaje se diferencia tanto de la noticia como del reportaje de actualidad por el grado de profundidad con que se trata un acontecimiento, lo que conlleva que este género tenga una duración intermedia. A continuación se presentan características de estos tres géneros textuales en conjunto y se precisará cuando algún recurso sea exclusivo de un género. La presentación la dividimos en 3 partes: el contenido; el código de la imagen-movimiento, el verbal y la relación entre ellos; y, finalmente, otros elementos (o recursos).

481 Esta fragmentación del espacio social repercute en la construcción y organización del discurso sobre el espacio social que hacen los televidentes y, por ende, en su interpretación y comprensión del espacio social (Bignell y Orlebar 2005: 135; Charaudeau 2003: 238-241).

482 Barroso (1996: 418-422) agrupa a la noticia-reportaje y al reportaje de actualidad dentro de un género más amplio que sería el reportaje.

5.4.2.1.1 El contenido

En estos subgéneros del texto informativo se presentan acontecimientos ocurridos en el espacio social. Como ya señaló, se seleccionan entre todos los acontecimientos aquellos que son más relevantes según una escala de valoración propia de cada medio de comunicación y, luego, se somete ese acontecimiento a todo un proceso de producción (interpretación, comprensión, reconstrucción, adaptación...), en otras palabras, se intenta ordenar y simplificar la “caótica”

realidad social (Hickethier 1998: 187). Debido a lo anterior, el acontecimiento enunciado en el texto informativo483 es sólo un acontecimiento mediático (Charaudeau 2003: 117-126), es decir, una representación de la realidad (de lo ocurrido en el espacio social) y no la realidad misma (Hickethier 1998: 202). Siguiendo a Charaudeau (2003: 189-191), se distinguen tres clases de acontecimiento mediático según la relación entre el enunciador y el acontecimiento en bruto:

acontecimiento referido (cuando se narra un acontecimiento en bruto), acontecimiento comentado (cuando se comenta un acontecimiento en bruto) y acontecimiento provocado (cuando el texto informativo provoca un acontecimiento nuevo en el espacio social). De estos tres modos de abordar el acontecimiento, nos detendremos en el acontecimiento referido, lo que conlleva que utilicemos acontecimientos mediático y referido como sinónimos. El acontecimiento referido puede estar constituido por la presentación (exteriorización, enunciación) de hechos, actos (exceptuando los lingüísticos) o de textos, realizaciones lingüísticas484 (Charaudeau485 2003: 189).

La estructuración del contenido del texto informativo de acontecimientos referidos puede darse de tres formas (Schwiesau y Ohler 2003: 80-100): como una pirámide al derecho, en la que al inicio del texto aparece brevemente lo más importante del acontecimiento, luego, los detalles y, finalmente, el acontecimiento en general y los datos secundarios de manera más extensa; como una pirámide invertida, aquí lo primero y más desarrollado es lo más importante del acontecimiento y, posteriormente, vienen los detalles y lo secundario; por último, podría ser una estructura más libre, en la que en la cabeza apareciera lo más importante y a continuación intercalando detalles, comentarios (fuentes), datos secundarios, según estime conveniente el enunciador, pero siempre con una línea lógica. En cualquiera de las tres formas de estructuración, el inicio (o lead) es un punto fundamental, por cuanto se enuncia lo más importante del acontecimiento (qué, quién, a quién, cuándo, por qué, cómo) y, asimismo, sirva de “gancho” para el lector (llama su interés, sirve de guía para la comprensión) (Schwiesau y Ohler 2003: 88; Boyd 1997: 324; van Dijk 1988: 53). A pesar de las posibles formas de

483 En adelante cuando se utilice texto informativo nos referiremos a los tres subgéneros que nos interesan:

noticia, noticia-reportaje y reportaje de actualidad.

484 La presentación de textos o fragmentos de éstos corresponde a las citas, recurso abordado con anterioridad.

485 Charaudeau (2003: 189) denomina hechos referidos a los actos que constituyen el acontecimiento referido y dichos referidos a los textos.

estructuración del texto informativo televisivo, por razones de tiempo en éste se evitan los detalles innecesarios, ya que se debe presentar lo central, ya que los textos informativos se consideran de impresión y no de precisión (Boyd 1997: 326).

Varios autores (Hickethier 1998; Gimeno y Peralta 2008; Langer 2000; Bignell y Orlebar 2005; Calsamiglia y Tusón 1999; entre otros) concuerdan en que los textos informativos se caracterizan por una superestructura (proposicional) narrativa (o, en términos de Adam 2001, en una secuencia narrativa). Los acontecimientos en bruto se comprenden y reconstruyen como transformaciones en parte del espacio social. Sin embargo, según Hickethier (1998: 190-191), la superestructura narrativa de los textos informativos es más libre que la de los literarios o cinematográficos, por cuanto se presentan pocos datos sobre el antes y después del proceso de transformación. Además, la base de estas narraciones son oposiciones binarias (Bignell y Orlebar 2005: 139): bueno-malo; correcto-incorrecto; verdadero-falso.

Por último, en los acontecimientos siempre se ven personas involucradas (actores agentes o pacientes, testigos), quienes se ubican en un lugar destacado en el desarrollo del acontecimiento (Boyd 1997: 314).

5.4.2.1.2.1 El código de la imagen-movimiento

Lo visual se divide en dos grupos: las imágenes registradas de personas, lugares, objetos reales y los recursos gráficos (imágenes creadas, logos, gráficos, tablas, esquemas) que apoyan, complementan, refuerzan, acompañan, explican, identifican los acontecimientos o el medio de comunicación (o fuente). A continuación sólo abordamos las imágenes registradas y dejamos de lado los recursos gráficos (los rótulos, textos gráficos, se abordan en la sección sobre el código verbal), ya que, en primer lugar, los logos sólo sirven de identificación del medio o la fuente (cuando las imágenes fueron presentadas por otro medio de comunicación), en segundo lugar, en nuestro corpus no aparecen gráficos, tablas, esquemas, y, por último, es muy poco lo dicho al respecto en cuanto al lenguaje de la imagen-movimiento con sonido.

Sobre la imagen del texto informativo televisivo, en primer lugar, se distingue la imagen

“real” del acontecimiento en bruto, es decir, aquellas que registran el movimiento y la modificación en parte del espacio social, y las imágenes colaterales que muestran las causas, consecuencias, el lugar, entre otros (Gimeno y Peralta 2008: 50). Ambos tipos de imágenes enuncian los aspectos centrales, relevantes del acontecimiento, de una forma directa y simple (Boyd 1997: 298), debido a que se deben evitar detalles innecesarios y ser fáciles de comprender. Es así como se evitan perspectivas o encuadres artísticos, además de paneos o zoom largos, ya que los primeros pueden dejar lo central en una ubicación secundaria y los segundos hacen “perder tiempo” y son difíciles de editar (Boyd 1997: 311). Las imágenes muestran lo central, pero no olvidan que deben atraer la atención, por lo cual presentan objetos de interés y, asimismo, esa transformación en el espacio social (ese cambio de estado) (Boyd 1997: 312-312). Los distintos planos se relacionan entre sí y forman secuencias (Villafañe y

Mínguez 2006: 181). Esta relación debería ser lógica para no producir confusión en los televidentes.

Dentro de las imágenes colaterales se encuentran las imágenes registradas de entrevistas a involucrados, testigos, expertos. Estas tomas se caracterizan por que los entrevistados se posicionan de perfil o en un ángulo de cuarenta y cinco grados respecto a la cámara, de manera que no dirigen directamente su mirada a la cámara (Boyd 1997: 315); los únicos “autorizados” a mirar la cámara son los periodistas y presentadores.

5.4.2.1.2.2 El código verbal

Se identifican dos modos de presentación del código verbal en los textos informativos televisivos: oral y escrito. El primero es el más importante, por cuanto se realiza en casi todo el desarrollo del texto, mientras que el segundo aparece de forma no extensa y en pocas ocasiones.

Debido a lo anterior, nos centraremos en la descripción y exposición de la realización del primero.

En primer lugar, en el texto informativo televisivo se presentan distintos hablantes y, por ende, voces (hay polifonía) (Gimeno y Peralta 2008: 27). Los hablantes conforman dos grupos, por un lado, el(la) presentador(a) y el(la) periodista y, por otro lado, los entrevistados.

El presentador y el periodista son los narradores conocedores (no de todo) del texto informativo (Hickethier 1998: 187-189), además de enunciadores y representantes de la instancia de producción (el medio de comunicación). El presentador (puede ser más de una persona), cuando participa, introduce el texto informativo, en otras ocasiones, también lo cierra con algún comentario e, incluso, a veces, establece diálogos “en directo” con el periodista o algún entrevistado. Por su parte, el periodista es el narrador y voz principal del texto, lo abre, desarrolla y cierra, lo presenta como una unidad de sentido. Finalmente, los entrevistados se dividen en expertos y testigos o involucrados. Tanto expertos como testigos o involucrados se encargan de comentar, valorar, explicar, describir, ilustrar, los acontecimientos (Gimeno y Peralta 2008: 28). Sus fragmentos se denominan totales o cortes de voz, lo que corresponden a citas directas (Gimeno y Peralta 2008: 28). Se diferencian entre ellos en que los expertos tienen más capital simbólico respecto al acontecimiento, por lo tanto es una voz de autoridad; mientras, los testigos o involucrados presentan su experiencia individual (personal) en relación con el acontecimiento. Sin embargo, estas voces son secundarias en comparación con la del periodista, lo cual se observa en que este último sitúa, presenta, resumen lo que digan los otros hablantes (Gimeno y Peralta 2008: 30).

En los textos informativos televisivos se concentran “las ideas en pocas palabras, [se elimina] cualquier cosa superflua, [se hacen] frases sencillas y en voz activa, [se ordena] bien el relato, [se evitan] los incisos y los hipérbalos [...]” (Gimeno y Peralta 2008: 9). En resumen, el código verbal debe ser simple, breve y conciso (Yorke 1995: 50-51). Esto hace que se utilicen estructuras sintácticas simples como sujeto+verbo+complementos con la posibilidad de

anteponer circunstanciales de tiempo y lugar y se eviten oraciones subordinadas (Gimeno y Peralta 2008: 46). Como son secuencias narrativas, se prefiere el presente y el pretérito perfecto del modo indicativo como tiempo verbales.

Por último, el código verbal oral de los textos informativos televisivos mayoritariamente no es espontáneo, sino corresponde a textos escritos oralizados (Gimeno y Peralta 2008: 40), en particular, en los fragmentos del presentador y el periodista. Por esto, se realiza y recomienda que al terminar las oraciones (enunciados) afirmativas se produzca un descenso del tono, para que los televidentes no queden con la sensación de que falta algo por decir (Boyd 1997: 325).

Respecto al código verbal escrito se distinguen: a) rotulación de los programas informativos486 (Barroso 1996: 563), que corresponden a los títulos o breves explicaciones de algún aspecto a través de palabras o frases; b) identificadores487 (Barroso 1996: 564-565), forma de indicar el nombre o función de personas (principalmente, de los hablantes) y del lugar (lugar geográfico) o tiempo (fechas, horas); c) sumarios y resúmenes de noticias (Barroso 1996: 564), son frases u oraciones breves que aparecen normalmente en forma de cortina en la parte inferior del cuadro, las cuales informan sobre otras noticias de actualidad, pero no sobre el acontecimiento tratado en ese instante. La rotulación sirve para estructurar el texto y guiar al televidente, mientras que los identificadores no afectan a la estructura temática (Gimeno y Peralta 2008: 75-78). Por su parte, los sumarios y resúmenes tratan otros acontecimientos, por lo cual no aportan contenido al texto informativo. Los tres tipos de realización escrita son breves y deberían poseer una estructura sintáctica similar entre ellos y un léxico que se asemeje a lo enunciado en el código verbal oral.

5.4.2.1.2.3 Relación entre los códigos de la imagen-movimiento y verbal

En este apartado se expone de forma sucinta la relación entre el código de la imagen-movimiento y el verbal, especialmente, escrito, debido a que, según los distintos autores (Hickethier 1998; Gimeno y Peralta 2008; Barroso 1996; Villafañe y Mínguez 2006; Boyd 1997; Bignell y Orlebar 2005; Renner 2007; Borstnar 2002; entre otros), constituyen los principales códigos de los textos informativos televisivos y que enuncian la mayor parte (casi todo) del contenido, es decir, de lo que se desea comunicar.

En cuanto al contenido del texto informativo televisivo, consideramos que ambos códigos establecen una relación de complementaria488, ya que se realizan con un mismo fin comunicativo: (re)presentar un acontecimiento mediático para que el televidente lo comprenda.

486 Gimeno y Peralta (2008: 75-78) agrupan bajo el término rótulo a nuestros rotulación en programas informativos, identificadores y sumarios y resúmenes de noticias.

487 Jaime Barroso (1996: 564-565) distingue entre identificadores personales, identificadores de personalidades, identificadores de periodistas y otros identificadores, para simplificar hemos decidido incluir a todos estos subtipos de grafismo, dentro del gran grupo “identificadores”.

488 Charaudeau 2003 (140) se refiere a una relación de solidaridad.

Para este fin se enuncian simultáneamente y se relacionan entre sí, de modo que le otorgan el sentido al texto (Charaudeau 2003: 141). Como ya señalamos en otro capítulo489, las relaciones complementarias pueden ser coordinadas, cuando los códigos se encuentran a un mismo nivel, y subordinadas, cuando un código es dominante. En general, en el texto informativo televisivo estas relaciones son variables, sin embargo, pareciera que el código verbal oral tendría una ubicación predominante frente al de la imagen-movimiento, ya que, como afirma Hickethier (1998: 199), las palabras enmarcan las imágenes, permiten que tengan sentido y les sirve de unión, es decir, sin las palabras sería difícil para el televidente identificar la secuencia (lógica) de las imágenes y cuál es el acontecimiento presentado. En palabras de Gimeno y Peralta (2008:

30-31), “[e]s el texto lo que tiene que aportar la información; las imágenes lo acompañan, la reiteran”, esta redundancia facilita, a su vez, la comprensión (Brosius 1998: 222, 224). A pesar de esto, hay autores (Boyd 1997: 314, 324) que recomiendan que lo dicho no repita lo que se aprecia en las imágenes y otros (Schwiesau y Ohler 2003: 266), que lo dicho no explique las imágenes, principalmente, para no producir redundancia y aportar más información y para aprovechar la poca duración del texto.

Respecto a la enunciación de ambos códigos, se señala que las extensiones de las oraciones deberían coincidir con la extensión de los planos, es decir, a una oración más extensa, un plano extenso, y que el cambio de plano se diera en las pausas entre oraciones (Boyd 1997:

311-312; Gimeno y Peralta 2008: 44-45). Sin embargo, se recomienda no utilizar este recurso siempre, porque vuelve el texto monótono. Finalmente, se sugiere que se hagan pausas cuando las imágenes tengan un contenido dramático con el fin de que nada interfiera en su percepción (Boyd 1997: 324).

5.4.2.1.4 Otros elementos

En este último apartado presentamos algunos elementos y recursos que también caracterizan al texto informativo, pero que son secundarios en comparación con los expuestos anteriormente.

En primer lugar, en el texto informativo televisivo también se exteriorizan otros sonidos a parte del código verbal oral. Estos sonidos ubican el acontecimiento y tendrían la función de hacer que el televidente se sienta en el lugar del acontecimiento en bruto (Boyd 1997: 314), de hecho, se afirma que la imagen asociada al sonido tienen mayor capacidad de generar sensaciones en las personas (Gimeno y Peralta 2008: 11). A partir de esto, se recomienda que se hagan pausas en el código verbal oral, cuando se escuchen sonidos “importantes”

(¿dramáticos?) (Boyd 1997: 314).

489 Ver capítulo 3.

En segundo lugar, en los textos informativos televisivos se observan dos temporalidades, el de la transmisión del texto y el del acontecimiento mediático, los cuales se deben distinguir al momento del análisis.

En tercer lugar, se encuentra el recurso de las conexiones en vivo, las cuales son enlaces en el momento de la transmisión del texto con el periodista en el lugar del acontecimiento. Estos enlaces “son la expresión de inmediatez informativa y aportan un plus de credibilidad al [noticiero]” (Gimeno y Peralta 2008: 16).

Por último, se menciona el uso de cifras como acontecimientos o con fines explicativos, sin embargo, se sugiere no recurrir a ellas, porque es difícil que el televidente pueda retenerlas, sólo quedaría una “idea”, la impresión (Gimeno y Peralta 2008: 42).