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1. Introducción

1.1 Las políticas públicas para la innovación

La Innovación se constituye en uno de los fenómenos de mayor significación económica y social de los tiempos recientes y de los años por venir, parece justificado el intento de pensar cómo ésta se puede producir mejor; cuáles son sus problemas respecto al marco institucional y respecto a los actores involucrados, y cuáles serían las políticas públicas que debieran fomentarse, impulsarse y desarrollarse para su realización.

Si el resultado de vender un producto fuera de las fronteras de cada país se corresponde con el uso de sus capacidades basadas en la mejora continua por medio del valor y uso del conocimiento y la información, entonces se pudiera estar hablando sobre un concepto moderno de la innovación y el cual se corresponde con los desafíos que hoy impone el proceso de globalización, caracterizado en buena parte, por la dinámica que desarrollan los mercados a escala mundial basados en el intercambio de producto altamente tecnologizados.1

La innovación y la formulación de sus políticas generan efectos complejos en el desarrollo de cada uno de los países. Ella ha producido y produce un movimiento y dinamismo en las economías y en las demandas sociales, nunca antes visto.

1 En la actualidad el crecimiento de las tasas de innovación en los países desarrollados ha sido producto de los resultados generados por las actividades basadas en el conocimiento (c.f.

Thomas, A. 2003b: 265). La tasa creciente de innovación se corresponde con la cantidad de mejoras introducidas en el tiempo basadas en un conjunto de tecnologías o capacidades tecnológicas (Porter, 1999). La información se corresponde aquí con la cantidad de datos que están organizados y puestos a la disposición, los cuales pueden inclusive ser optimizados.

Ya desde hace algún tiempo los organismos internacionales se han hecho eco de la importancia de la innovación a través del conocimiento científico y tecnológico. Por ejemplo, el Banco Mundial (1999) dedicó su informe anual de 1998/1999 al problema del conocimiento. Más recientemente, en el 2001, UNESCO convocó en Budapest la

“Conferencia Mundial de la Ciencia”2, para discutir sobre los mecanismos de transferencia tecnológica3 para impulsar la transferencia del conocimiento, y de igual forma, sobre las políticas públicas que en el campo de la ciencia y la tecnología debieran establecerse para tal fin, particularmente en los países menos desarrollados (c.f. Albornoz, M 2001. 5-25).

La innovación se complementa ineludiblemente con las actividades de transmisión y difusión de las tecnologías4. Es evidente, que el impulso de esta actividad corresponde y depende del establecimiento de políticas públicas que se generan dentro y fuera de cada país.

1.1.1 La transferencia y uso del conocimiento para la innovación: Algunas revisiones conceptuales

Existe, en la actualidad, una gran necesidad por parte de los países de América Latina, de generar políticas dentro del sector productivo para desarrollar estrategias vinculadas con la transferencia y uso del conocimiento con el apoyo del Estado. Estas estrategias han tenido en la región un espacio privilegiado dentro de los sistemas nacionales de innovación de esos países.5 Son estos sistemas un compendio de interrelaciones entre los actores involucrados para llevar a cabo la innovación.

2 Sobre esta conferencia se profundizará en el capítulo V. pp. 124-126..

3 La transferencia de tecnología se puede definir como un proceso de transmisión de tecnologías y de conocimientos técnicos y su absorción, adaptación, difusión y producción y reproducción por un proceso productivo distinto al que lo ha generado (Martínez, 1994: 322).

4 El concepto de difusión de la tecnología ha sido formulado, ya desde hace algunos años, como un proceso de propagación de las innovaciones ante usuarios potenciales y su mejoramiento y adaptación continúo (c.f. IDEM: 314).

5 Sobre sistema nacional de innovación se profundizará en lo sucesivo y en las pp. 159-185.

Los países industrializados, y muy especialmente los países de Europa y Estados Unidos, han podido avanzar hasta este nivel problemático del conocimiento por el impulso que han dado, con mucha anterioridad, a sus sistemas nacionales de innovación y con base al desarrollo de sus economías.

Ello ha contribuido a la creciente diversificación de los productos a escala internacional, la cual ha permitido que la actividad de uso y transferencia del conocimiento tome un valor cada vez mayor, y que sea determinante para la permanencia de las empresas en el mercado. Ante esta realidad, las políticas públicas han tenido que reformularse para respaldar tan radicales cambios (Freeman y Hagedoorm, 1993:22-26).

Según Martínez (1998: 273) se entiende por conocimiento:

“[…] el entendimiento teórico o práctico adquirido acerca de un fenómeno cultural o social, o referido al pensamiento con base a información en un dominio específico”.

Para Héller (2003:163-166) el proceso de Transferencia de Conocimiento (TCO) puede ser únicamente eficiente cuando está basado en la cooperación y comunicación de carácter interdisciplinaria. Este proceso puede llevarse a cabo mediante las comunidades de conocimientos „Knowledge Comunities“ o grupos interdisciplinarios, en donde diferentes perspectivas disciplinarias son desarrolladas e intercambiadas para la solución de problemas tecnológicos y productivos (Greitermeyer y otros, 2003: 9).

La Integración del conocimiento ocupa aquí un rol determinante, entre otras cosas, porque los expertos pueden unir diferentes definiciones sobre un determinado problema y diferentes perspectivas para su solución.

La actividad de integración del conocimiento ha dejado otras interrogantes que intentan ser resueltas mediante la vigilancia por parte de los actores que forman parte de estas comunidades o grupos y que participan en determinados procesos productivos. Una de ellas hace referencia a: cómo pueden los anteriores y actuales

conocimientos ser utilizados de manera rentable y eficiente?; y cómo a través de estos conocimientos se puede optimizar la participación de competencias en cada uno de los actores para la generación de innovaciones? (Gillies, 2003: 80).

Algunos logros se han alcanzado en el sector industrial de la región latinoamericana mediante la formación y desarrollo comunidades de conocimiento. La reestructuración organizativa y actividades de control permanente de sus procesos tecnológicos - a pesar de que no están en su totalidad insertados en algunos sectores industriales como el petroquímico –, han dado algunos resultados positivos, sobre todo con relación a las actividades de distribución, tiempo de entrega y comercialización de productos (c.f.

CEPAL. 2004b: 33-46)6, lo cual ha facilitado el desarrollo de las estrategias en materia de exportación.

Sin embargo, algunas actividades de carácter innovativo permanecen detenidas, y es que la concepción interdisciplinaria no se encuentra sustentada en estrategias que permitan generar innovaciones incrementales o radicales, porque no han existido maniobras dirigidas a un mayor uso del conocimiento. Incluso un gran número de las actividades de investigación básica y de desarrollo, así como las posteriores actividades de comercialización de productos tecnológicos elaborados que se desarrollaron en muchas de las grandes empresas de América Latina, no estuvieron acompañadas de estrategias para el uso y transferencia del conocimiento, con lo cual, se evitó la posibilidad en cada fase del proceso de generación de conocimiento y tecnología obtener ideas más novedosas que partieran de la integración de diferentes perspectivas disciplinarias sobre un mismo problema (Grobart, 2001: 13-14).

6 La referencia más importante sobre estos desarrollos está en el sector manufacturero de la industria brasileña (c.f. Cassiolato, J.E. 1997: 183-193).

Muy al contrario a lo deseado, los criterios que manejó tanto el Estado como los actores que participaron en la dirección de las empresas públicas y privadas, se basaron, por así decirlo, en mantener la rentabilidad mínima que se debe alcanzar para garantizar la supervivencia de las empresas, aún en entornos altamente competitivos.

Por lo tanto, la actividad de creación y uso del conocimiento se correspondió sólo al que transfería la tecnología o al vendedor de la misma (Pirela, 1996: 5-10)7.

En medio de esta problemática que ha involucionado al sector productivo de América Latina continúan apareciendo cambios tecnológicos, respecto al uso y transferencia del conocimiento para la innovación. Se trata, de que nuevas formas de comunicación y de uso de la información, han aparecido a través del desarrollo digital de los sistemas y herramientas de información como por ejemplo la Internet, la Intranet y otro conjunto de sistemas de Información que dentro de las empresas están disponibles para su óptima operación. Esto ha traído como consecuencia nuevas formas de interacción y comunicación en la sociedad, entre las personas e instituciones (c.f. Minssen, 1999:111-116).

Las Empresas están hoy en día representadas internacionalmente. Ellas están descentralizadas y organizadas. Tienen dependencias desde Shangai hasta el Brasil y una cantidad importante de proyectos desarrollados a escala mundial. La rapidez con que se obtiene la información y la forma como ésta se presenta facilita y al mismo tiempo dificulta una efectiva transferencia de datos, ideas y conocimientos (Gillies, 2003: 80)8. Por lo tanto, se ha hecho necesario fortalecer la idea respecto a la elaboración de formas de cooperación interdisciplinarias para la TCO mediante el uso eficiente de la información tecnológica.

7 Sobre el comportamiento del Estado se profundizará en el capítulo VII de este trabajo. Aquí se mencionan importantes elementos vinculados con la cultura tecnológica de los actores del SNI en el caso de América Latina y en particular sobre Venezuela. pp.146-157.

8 Casi las dos terceras partes de las ocupaciones que exige los desafíos del uso de los sistemas de información y comunicación en la actualidad no pueden ser aún alcanzadas por falta de calificación del personal (Feggeler y Mühlbradt, 2000: 2-57). Es en todo caso, necesario, el desarrollo de competencias específicas, así como también de nuevas maneras para la transferencia del conocimiento mediante la organización de grupos de trabajo interdisciplinarios.

Sin embargo, se debe dejar claro, que no es del todo cierto, que estos desafíos - que son una consecuencia del fenómeno de globalización -, han podido ser resueltos en su totalidad por los países desarrollados mediante fórmulas usadas de manera independiente. Una de las mayores dificultades que aún persisten, consisten en introducir dentro del SNI de los países capacidades para el manejo y uso de la información y el conocimiento, ya que éste no puede ser únicamente abordado desde el seno de las empresas. La información y el conocimiento son también reguladores de las interacciones que se producen dentro de este sistema. Es el Estado un ente regulador y distribuidor de información en el SNI y por lo tanto las políticas públicas que emanan de él se hacen indispensables para fortalecer la innovación.9

1.2 Fundamentos y reflexiones sobre política y políticas públicas